La relación de los fanáticos y las estrellas puede ser peligrosa. Existen cientos de casos de fans que se obsesionan con sus ídolos y de bandas que deben reforzar su seguridad para protegerse de su público. Sobre esto habló Bill Wyman, el bajista que formó parte de The Rolling Stones desde 1962 hasta 1993. En una entrevista con Louder Sound, recordó cómo se vivía la fiebre por la banda y confesó que en dos ocasiones sintió que su vida estaba en peligro.
La primera: un auto atacado por niños
“Una fue afuera de Los Ángeles, dejamos el estadio habiendo tocado para 5.000 chicos, pero el conductor de la limusina tomó la salida equivocada y no podíamos salir. Rápidamente, el auto estaba cubierto de chicos, colgados del baúl, el techo, golpeando las ventanas y tuvimos que acostarnos en el suelo con nuestro pies sosteniendo el techo”.
“No teníamos aire porque estábamos sumergidos. Fue bastante aterrador. Luego los policías llegaron, empezaron a blandir sus palos y despejaron el camino hacia el helicóptero”, relató Wyman sobre cómo los fans parecían no tener límites.
La segunda: la violencia de las fans
Sobre la segunda vez que sintió “miedo”, expresó: “Keith tenía una bufanda que solía usar y en una ocasión una de las chicas la tomó por uno de los extremos y otra del otro y luego empezaron a tirar y no lo soltaban. Casi lo estrangulan. Así que tenías esos momentos: toda tu ropa y puñados de pelo arrancados. Pero no era realmente peligroso, al final solo tenías que reírte de eso”.
The Beatles fue la primera banda en vivir de manera masiva la manía de sus fanáticos, factor que incluso los llevó a dejar de tocar en vivo para evitar los gritos y persecuciones. De todos modos, The Rolling Stones también tuvieron que luchar con este factor.