“Like a Rolling Stone”, el sencillo de Bob Dylan de 1965, es considerado una de las mejores canciones jamás grabadas. De hecho, en 2004, los críticos de la revista Rolling Stone la señalaron como la pista número uno de todos los tiempos. La combinación de ritmos folk y rock and roll eléctrico, y sus letras desafiantes pero vulnerables, hicieron que tuviera un impacto muy grande en la música de la década de 1960. Sin embargo, lo llamativo de la canción no es solo lo que logró, sino cómo fue escrita.
Según recuerda Far Out Magazine, el músico estadounidense se sentó una noche frente a una hoja en blanco y terminó dando a luz un track de “diez páginas”. En una entrevista con Saturday Evening Post, Dylan contó: “No se llamó de ninguna manera, sólo fue una cuestión de ritmo en el papel sobre mi odio constante dirigido a algún momento que fue honesto. Pero al final, no fue odio, fue decirle a alguien algo que no sabía, decirle que tenía suerte. Venganza, esa es una palabra mejor”.
“Nunca había hecho algo así antes, y de repente se me ocurrió que eso era lo que debía hacer”, admitió en otra charla con CBC. Sin embargo, lo más asombroso sobre “Like a Rolling Stone” es que ni siquiera Dylan sabe cómo dio con esas palabras. De hecho, en una entrevista en 2004 con Robert Hilburn confesó: “Es como si un fantasma estuviera escribiendo una canción como esa, te la da y se va. No sabes lo que significa. Excepto que el fantasma me eligió a mí para eso”.
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