A la hora de hablar sobre canciones cuyo propósito es el de explorar las profundidades del desamor y la desesperanza, pocas se imponen por sobre “It’s Over”, el himno de Roy Orbison publicado en 1964 que se caracteriza por su progresión dramática y su tensión orquestal, que desembocan en un clímax emocional tan explosivo como elegante. Con una voz que rozaba lo sobrenatural y una sensibilidad dramática poco común en el pop de su tiempo, el cantautor y guitarrista norteamericano supo construir un gran catálogo de baladas desgarradoras, pero la que compuso junto a Bill Dees, su gran colaborador, se ganó el corazón de millones, incluso el de Bruce Springsteen.
En una entrevista para la revista Spin junto a Win Butler, Springsteen no dudó al escogerla como la canción más apocalíptica jamás escrita poco después de que su colega hablara de sus orígenes. “Crecí en Houston, pero no en una familia súper religiosa. Mi madre es mormona, mi padre es de Nueva Inglaterra; somos de esos que dicen que es bueno que la gente no se mate, pero que en realidad no creemos en nada. Pero todo el tema de las megaiglesias estaba muy extendido en Texas”, dijo Butler. Por su parte, The Boss comentó: “Creo que lo que da un toque cristiano a tu música es que es apocalíptica y la sitúa en un contexto muy religioso, como Roy Orbison”.
El rey del apocalipsis romántico
“[Él] es el rey del apocalipsis romántico. ¿Cómo se titula la canción? ‘It's Over’. No hay nada más apocalíptico. Creo que si el fin de los tiempos está presente en tu música, sea como sea que haya entrado, estás inmerso en un mundo espiritual”, afirmó Springsteen. Cabe recordar que el fanatismo de Bruce por Orbison era tal que mientras buscaba referencias que lo inspiraran para completar las composiciones de su disco Born to Run, el oriundo de New Jersey se acostaba solo en su cama todas las noches y se ponía a escuchar el álbum Grandes éxitos de Roy.
“Hay rock & roll que refuerza la amistad y la comunidad, pero para mí, las baladas de Roy siempre fueron mejores cuando estabas solo y a oscuras. Roy desechó la idea de que necesitabas verso-estribillo-puente-verso-estribillo para tener un éxito“, confesó Bruce sobre su ídolo. Y agregó: “Sus arreglos eran complejos y operísticos, tenían ritmo y movimiento y abordaban el reverso del romanticismo pop”. También explicó el impacto que tuvo su forma de cantar para su propia interpretación: “La verdad es que daba miedo escucharlo. Su voz era sobrenatural“.