La voz de Bono es una de las más icónicas del rock. A lo largo de las décadas, el vocalista de U2 dio pruebas de su virtuosismo y su estilo único incluso navegando por diferentes subgéneros que van desde el pop, el rock clásico y las baladas románticas hasta el folk.
De todos modos, la gran exigencia de las giras, las grabaciones en el estudio, los ensayos y más hicieron que su voz experimentara una suerte de debilidad. Hacia fines de los 90 el irlandés sufrió algunas dificultades con sus cuerdas vocales, pero hubo una canción con la que sintió que estaba recuperando su potencial y podía ir mucho más allá.
Se trata de “Kite“, canción incluida en All That You Can’t Leave Behind (2000). En este tema, una balada rockera con toques nostálgicos, el cantante despliega su amplio registro vocal ya que en las estrofas canta en un tono grave y luego, en el estribillo, sube considerablemente.
Si bien Bono tiene poderosos agudos, sus propios compañeros de banda se sorprendieron con el desempeño en esta canción. “Mi voz regresó en ese momento. Cuando canté ‘Soy un hombre, no un niño’, todos los que estaban en el estudio quedaron pasmados. Y yo dije: ‘Wow’. […] Fue casi cómico. ¿De dónde salió? Quiero más de eso“, contó.