Hay canciones que son ideales para los aprendices de un instrumento dado que son relativamente fáciles de interpretar. Sin embargo, del otro lado de la vereda se encuentran aquellos tracks que son increíblemente complejos para tocar, incluso para sus creadores. Un claro ejemplo es “Mother’s Little Helper”, la canción de los Rolling Stones que el propio Charlie Watts admitió que era difícil de llevar a cabo.
Producido por Andrew Loog Oldham, el tema que abre el disco Aftermath (1966) sorprendió al alejarse de los éxitos pop que sonaban en la radio por aquel entonces. La pista, co-escrita por Mick Jagger y Keith Richards, cuenta la trágica historia de una mujer que se droga con pastillas antes de terminar muriendo joven debido a una sobredosis.
Por qué no la tocaban
En el apartado musical, los Stones realizaron una interpretación que, por diversos motivos, siempre les costó volver a ejecutar. “A menudo hemos intentado tocar ‘Mother’s Little Helper’ y nunca ha sido bueno, nunca ha cuajado por alguna razón”, aseguró Watts en una entrevista. “O yo no la toco bien o Keith no quiere hacerlo así. Nunca funcionó. Solíamos intentarlo en vivo, pero es un disco muy difícil de tocar”.