En la historia de la música hay perfeccionistas… y después están Donald Fagen y Walter Becker. Los miembros de Steely Dan llevaron la búsqueda constante de perfección a su punto más extremo en Gaucho (1980), más precisamente en “Babylon Sisters”, canción mezclada 274 veces antes de que dieran el visto bueno final.
Grabada en los legendarios Village Recorders de Los Ángeles, equipados en ese entonces con una consola Neve de altísima fidelidad, “Babylon Sisters” se convirtió en el epítome de la meticulosidad enfermiza. La consola permitía acceder a detalles sónicos impensados para la época y Fagen la usó como si fuese un microscopio de laboratorio: nada quedaba librado al azar.

Según la leyenda, recuperada por Far Out Magazine, luego de la mezcla número 250 Fagen recibió un disco de platino a forma de broma, pero no fue suficiente. Mezcló la canción otras 24 veces hasta que finalmente logró lo que buscaba. Aun así, el caso de “Babylon Sisters” no es para nada un rara avis dentro del universo Steely Dan.
En el pasado, la banda había sido descrita por colegas y amigos como una máquina implacable en el estudio. Por ejemplo, Mark Knopfler de Dire Straits tocó overdubs en “Time Out of Mind” (otra canción de Gaucho) y describió la experiencia como “tirarse a una piscina con pesas de plomo en los tobillos”.