David Bowie fue muchas cosas: un pionero sonoro, un provocador cultural, una figura imposible de encasillar. Desde su irrupción como Ziggy Stardust hasta sus transformaciones estilísticas en los 80 y los 90, el artista británico siempre pareció moverse por impulsos propios, ajeno a las expectativas de la industria, del público o de la crítica. Sin embargo, una vez hizo algo solo porque su madre se lo pidió.
La historia ocurrió en 1977, cuando Bowie fue invitado a participar del especial navideño televisivo de Bing Crosby. A primera vista, la colaboración parecía improbable: ¿qué hacía el camaleón del glam rock, célebre por su maquillaje andrógino y sus letras alienadas, cantando villancicos con un ícono de antaño? La respuesta era su madre.

“Tienes que hacerlo”
Según contó Mary Crosby, hija del cantante, Bowie no tenía intenciones de aceptar la invitación pero su madre lo convenció (“Tienes que hacerlo” le dijo). Y Bowie, que en ese momento estaba promocionando su costado más elegante y pop, accedió. Así nació “Peace on Earth/Little Drummer Boy”, una joya navideña que se transformó en un clásico.
Mientras Crosby interpreta el tradicional “Little Drummer Boy, Bowie canta una línea melódica compuesta especialmente para él: “Peace on Earth”, con una letra alternativa y mensajes pacifistas. La canción fue grabada en una sola toma y emitida por primera vez poco después de la muerte de Crosby, lo que le otorgó un valor sentimental adicional.