David Bowie no fue solo un excelente músico que fascinó a toda una generación, sino que también abrió camino para quienes vinieron detrás suyo, a quienes se acercó y ayudó, ya sea colaborando o haciendo saber cuando un grupo o disco le parecía interesante.
Sin aferrarse a su estatus de leyenda, Bowie siempre fue muy generoso con quienes captaron su atención. Un ejemplo es Nine Inch Nails, el grupo de rock industrial liderado por Trent Reznor del que David era fanático.
El álbum que unió a ambas partes fue The Downward Spiral, lanzado en 1994. Este se inspiró principalmente en Low de Bowie, disco de rock experimental con el que Reznor se relacionó con la composición, el estado de ánimo y las estructuras.
La opinión de Bowie
The Downward Spiral llegó a oídos del Duque Blanco y este no dudó en expresar su parecer en una entrevista con Rolling Stone: “Al hacer The Downward Spiral, [Reznor] alentó a la computadora a malinterpretar las entradas, quiso que arrojara fragmentos de sonido hinchados y deformes que perforaban y laceraban al oyente”.
“Después de The Velvet Underground, nunca ha habido mejor azote del alma en el rock”, agregó el británico. Curiosamente, en 1995, Bowie unió fuerzas con NIN para dar una serie de 26 presentaciones que, aunque en su momento fueron criticadas, en 2012 fueron votadas por los lectores de Rolling Stone como uno de los 10 mejores actos de apertura en la historia del rock.