Al hablar de Pink Floyd hay un par de discos que rápidamente vienen a la cabeza de la gente: The Wall y The Dark Side of The Moon, las dos obras maestras dentro del catálogo del grupo inglés que incluso hoy continúan siendo aclamadas por las nuevas generaciones.
Sin embargo, en una oportunidad David Gilmour comentó que entre todos los trabajos de la banda hay uno que fue pensado solo para “grandes fans”. Se trata de The Endless River, el decimocuarto y último LP de Pink Floyd (y el tercero sin Roger Waters en sus filas), que fue lanzado el 7 de noviembre del 2014.
El disco, principalmente instrumental, funciona como una suerte de homenaje a Richard Wright -el tecladista del conjunto que falleció en 2008- y surgió después de que Gilmour descubriera un puñado de pasajes hablados y partes de teclado de su compañero grabadas en las sesiones previas a The Division Bell.
“Hay muchas cintas de improvisaciones y cosas que hicimos en el 93 antes de The Division Bell”, afirmó Gilmour una década antes de la publicación del LP. “Son bastante bonitas, algún día quizás las publiquen. Serían sólo para grandes fans, improvisaciones en serio, ¡tendrías que ser un fan incondicional para estar interesado!”, afirmó.