“Master of Puppets”, la icónica canción que da título al tercer álbum de estudio de Metallica, logró trascender como uno de los himnos más emblemáticos del thrash metal. A través de una instrumentación portentosa y riffs inolvidables, este tema no solo solidificó el legado de la banda, sino que también sirvió como un recordatorio sobre los estragos que pueden causar las adicciones.
El significado detrás de la canción
James Hetfield, el vocalista y guitarrista de la banda, explicó en varias ocasiones que la letra de “Master of Puppets” refleja la lucha interna contra las drogas y cómo una persona adicta pierde su autonomía, convirtiéndose en una víctima de sus propias decisiones. Con frases como “Soy tu fuente de autodestrucción” o “Maestro de marionetas, estoy jalando tus hilos, torciendo tu mente y destrozando tus sueños”, Hetfield personifica a las drogas como un ser dominante que manipula y arrastra al usuario hacia su destrucción.
El origen del tema
El origen de la canción, según Hetfield, se remonta a una fiesta en San Francisco durante los años 80, donde presenció la espeluznante escena de personas controladas por las drogas -a quienes describió como “monstruos enfermos-, inyectándose sin remordimientos.
Ese momento inspiró la reflexión de que las drogas no solo afectan físicamente sino que someten psicológicamente a quienes caen en su trampa, convirtiéndolos en meros instrumentos. “No se trata de cualquier droga en general, sino de personas controladas por las drogas y no al revés”, afirmó en una entrevista con Rolling Stone.
El impacto de “Master of Puppets” también es innegable desde una perspectiva instrumental. Si bien el mensaje es oscuro, la canción tiene riffs y solos vertiginosos, que se combinan con la potencia de la batería de Lars Ulrich y el bajo de Cliff Burton, cuyo trágico fallecimiento en un accidente durante la gira promocional del disco marcó un hito en la historia de la banda.