Hay músicos y artistas famosos que no siempre gozaron de un buen pasar económico y esto los obligó a tener todo tipo de trabajos. Por ejemplo, Ozzy Osbourne trabajó en un matadero y Debbie Harry ofició de conejita de Playboy en sus años de juventud previos a Blondie.
Entre los músicos con trabajos excéntricos también se cuenta Joe Strummer, quien antes de ser el líder de The Clash se dedicó a ser sepulturero. En 1973, cuando tenía 21 años, se mudó de Inglaterra a Gales con la idea de ser alumno del Newport College of Art, aunque este proyecto duró muy poco. Allí se puso a trabajar en un cementerio.
El cantante de “Should I Stay or Should I Go” trabajaba en el cementerio de St. Woolos, ubicado en la parte alta de Stow Hill. Durante el citado año fue fotografiado por Otis Gibbs cavando tumbas, lo que comprobó que se trataba de un dato fehaciente y no de un mito popular.
Además, su amigo Richard Frame reveló cómo fue que terminó su trabajo como sepulturero: “Lamentablemente no tenía la fuerza suficiente para cavar tumbas y finalmente lo despidieron cuando lo encontraron dormido en una de ellas”. En 1976, Strummer formaría The Clash y cambiaría su vida completamente.