Antes de convertirse en una de las voces más icónicas del rock y el pop, Rod Stewart tuvo un camino lleno de giros inusuales. Mucho antes de ser conocido por temas como “All For Love” y “Da Ya Think I’m Sexy?”, Stewart tuvo una serie de trabajos que contrastan con su imagen de famosa estrella.
Para empezar, abandonó el colegio a los 15 años para trabajar en una imprenta de papel tapiz, un empleo en el que duró muy poco al descubrir que era daltónico. Tras esa experiencia fallida, consiguió un puesto como asistente de electricista, mientras probaba suerte como futbolista amateur. Ninguno de estos intentos prosperó.
Nada de eso supera el empleo que tuvo después, que sin duda debe ser uno de los más extraños que un artista haya tenido en la historia: trabajar en un cementerio. Aunque parezca increíble, Stewart consiguió un puesto en el cementerio de Highgate, en Londres, donde su tarea era medir y marcar parcelas con cuerdas, aunque a él le gustaba decir que era sepulturero.
A pesar de que él mismo le restó importancia a este trabajo en entrevistas, siempre fue parte del folclore en torno a su ascenso a la fama. Además, y como en sus anteriores trabajos, tampoco duró demasiado y su pasión por la música terminó primando (y salvándolo).
Conocé los trabajos que tuvieron estrellas como Courtney Love, Ozzy Osbourne y Joe Strummer.