La historia de la música está repleta de anécdotas, algunas muy extrañas y bizarras. Un claro ejemplo estuvo protagonizado por Pink Floyd, que en una oportunidad mató a miles de peces. La historia data del 15 de mayo de 1971, cuando el conjunto de rock progresivo encabezó La Fiesta del Jardín, un show que se realizó en la Cuenca del Palacio de Cristal de Londres ante una audiencia de 15 mil personas.
Para la ocasión, Pink Floyd decidió sorprender a todos con la aparición de un enorme pulpo inflable en el lago frente al escenario, el cual se iba a ir inflando con bengalas de humo submarinas a medida que transcurriera el recital. Lo que el grupo no tuvo en cuenta era que los fans se iban a terminar acercando al pulpo y lo iban a agujerear, provocando así que las bengalas largaran gas directamente al agua, lo que se tradujo en la muerte de los peces que se encontraban en el lago.
Un conjunto de malas ideas
Roger Waters y los suyos pensaron que era buena idea sumar hielo seco, bombas de humo naranja y fuegos artificiales a su show y tirar todo al estanque, lo que colaboró en la masacre acuática.
Además, utilizaron un enorme sistema de sonido cuadrafónico compuesto por altavoces de sonido envolvente que provocó que las ondas emanadas por los parlantes desgarraran el estanque, terminando con la vida de cualquier pez.
El ayuntamiento culpó a la banda y la declaró culpable de homicidio involuntario de peces. En el 2017, el evento volvió a estar en boca de todos después de que se encontrara una nueva especie de camarón que produce un sonido más fuerte que el de un concierto de rock y tan poderoso que puede matar a peces pequeños. El animal fue bautizado Synalpheus pinkfloydi.