Neil Young es uno de los artistas más laureados y exitosos de las últimas décadas, pero al igual que cualquier otro músico, su carrera tuvo altibajos. El 1 de febrero de 1972, el canadiense publicó Harvest, su cuarto álbum de estudio que contó con la participación de la London Symphony Orchestra, David Crosby, Graham Nash, Linda Ronstadt, Stephen Stills y James Taylor, quienes aportaron su granito de arena en el LP que luego sería conocido como la obra maestra de Young, así como también su mejor trabajo en lo que a ventas se refiere.
Un álbum en vivo que dejó malos recuerdos
Casi dos años después del éxito de Harvest, el oriundo de Toronto lanzó Time Fades Away, un proyecto en vivo grabado junto al grupo The Stray Gators durante la gira de apoyo de su aclamado álbum que, aunque fue bien recibido por la crítica especializada, fue catalogado por Young como el “peor disco” que ha hecho. En una entrevista de 1987 el cantautor afirmó: “Mi disco menos favorito es Time Fades Away. Creo que es el peor que he hecho, pero como documental de lo que me estaba pasando, fue un gran álbum”.
“Me subía al escenario y tocaba todas estas canciones que nadie había escuchado antes, grabándolas, y no tenía la banda adecuada”, prosiguió el artista de 77 años. “Fue solo una gira incómoda. Se suponía que sería un gran problema: acababa de sacar a Harvest y me contrataron en noventa ciudades. Me sentí como un producto y tenía este grupo de músicos estelares que ni siquiera podían mirarse. Fue una broma total”. Años después, en un diálogo con Q en 1999, Young agregó: “Todo el tour fue una experiencia nerviosa. Realmente no fue muy divertido. Me dediqué a documentar esa sensación. No es algo que quiera escuchar mucho, pero cuando lo hago, no estoy tan impresionado”.