Roger Waters fue una parte fundamental para que Pink Floyd haya trascendido de la forma que lo hizo. Después de que la banda comenzara a caerse por el declive de Syd Barrett, fue Waters quien se puso el proyecto al hombro y lo llevó a lo más alto de su carrera, componiendo algunas de las canciones que se convertirían en himnos del rock progresivo como “Money” o “Time”.
Sin embargo, el músico no tiene los mejores recuerdos de los primeros discos con el grupo, y sobre todo de uno en particular. Según recuerda Far Out Magazine, antes de coronarse como el nuevo líder del conjunto, Waters no quería ser el frontman.
Dado que Barrett era quien escribía la mayor parte de las canciones, el bajista estaba más que a gusto desarrollando su trabajo desde las sombras, aportando de vez en cuando con un tema y observando cómo la banda intentaba incursionar en el rock psicodélico en álbumes como The Piper at The Gates of Dawn (1967).
La cruda opinión de Waters sobre The Piper at the Gates of Dawn
Sin embargo, después de alcanzar nuevas alturas con la banda en discos como The Dark Side of the Moon o The Wall, Waters comenzaría a ver con desprecio su material más viejo. Al reflexionar sobre The Piper at the Gates of Dawn, el músico expresó que, en ese disco en particular, la banda no comprendía lo que estaba intentando hacer la mayor parte del tiempo, probando cualquier cosa en el estudio y esperando que algo funcionara.
“No quiero volver a esos tiempos para nada. No había nada ‘grandioso’ en ello. Éramos risibles. Éramos inútiles. No podíamos tocar en absoluto, así que tuvimos que hacer algo estúpido y ‘experimental’“, le confesó Waters a la revista Q al hablar de esa época junto a sus compañeros de banda.
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