Lejos de prestar sus oídos solo a un selecto grupo de géneros musicales, David Bowie era un verdadero amante del cuarto arte que disfrutaba de todo tipo de canciones y bandas por igual. De hecho, el Duque Blanco dio muestras de sus variados gustos en un artículo que escribió para Vanity Fair en 2003.
En el mencionado texto, que fue posible después de que el cantante revisara entre los 2.500 vinilos de su colección personal, el inglés fue invitado a nombrar, sin ningún orden en particular, sus álbumes favoritos de todos los tiempos.
Bowie incluyó entre sus selecciones a The Last Poets, el debut discográfico del grupo de poetas y músicos estadounidenses del mismo nombre que originalmente estaba conformado por el trío Abiodun Oyewole, Gylan Kain y David Nelson.
El LP compuesto por 13 canciones -editado en junio de 1970- “combina el estilo vocal de alta energía de Jalaluddin Mansur Nuriddin y Umar Bin Hassan con los ritmos complejos de un percusionista virtuoso”. Este fue el primero sobre el cual Bowie habló y en su reseña se deshizo en elogios.
“Es uno de los pilares fundamentales del rap”, afirmó. “Todas las habilidades narrativas esenciales de ‘griot’, fragmentadas con ira, producen uno de los vinilos más políticos que jamás haya logrado ingresar a la lista de Billboard”.