En algunas oportunidades, la muerte de un músico suele marcar el fin de una etapa dentro del cuarto arte, especialmente para sus fans. Sin embargo, en otros casos, cuando un artista fallece comienza un legado que sigue creciendo sin el autor presente. En ese sentido, Frank Zappa destaca como un caso sumamente particular: desde su deceso en 1993, su catálogo discográfico se expandió de una forma pocas veces vista, convirtiéndolo en el artista con más lanzamientos póstumos de la historia.
En poco más de tres décadas desde su muerte, desde la empresa que administra su obra liberaron 68 álbumes. Dentro de ese material se encuentran obras completamente nuevas, grabaciones inéditas, reediciones aniversario y ediciones especiales, como por ejemplo el disco Cheaper than Cheep y la edición por los 50 años de One Size Fits All.
El ritmo de lanzamientos póstumos es nada más y nada menos que inaudito con un promedio de entre dos y tres álbumes al año, algo que habla tanto de la alta productividad y proliferación de Zappa como del trabajo constante de sus herederos para mantener viva su presencia musical, lo cual reafirma su legado como uno de los grandes músicos de toda la historia.