Neil Young, la leyenda del folk y el rock, supo construir una extensa y exitosísima carrera musical en la que no solo se ganó el corazón de millones de fanáticos, sino que también fue altamente reconocido por la prensa especializada. Desde su homónimo disco debut, editado en noviembre de 1968 tras su salida de Buffalo Springfield, hasta la actualidad, el cantautor canadiense no ha parado de acumular elogios por sus creaciones. Pero, como es de esperar en una carrera de tantos años, no todos los proyectos de Young fueron aclamados, y Everybody’s Rockin’ fue un claro ejemplo.
Grabado bajo el seudónimo Neil Young & The Shocking Pinks y publicado el 27 de julio de 1983, el álbum —de apenas 25 minutos— se inspiró en el rockabilly de los años 50, con covers como "Mystery Train" y temas originales como "Kinda Fonda Wanda" y "Wonderin’". En el momento de su lanzamiento, Everybody's Rockin' recibió una de las peores reseñas de la carrera de Young. Por su parte, el propio Neil expresó su cariño por el álbum, comparándolo favorablemente con su aclamado LP de 1975, Tonight's the Night, aunque también reconoció la veracidad de algunas de sus críticas más duras.

¿Malo a propósito?
"Cuando hice discos como Everybody's Rockin' y todos lo criticaron, sabía que podía pasar”, admitió en una entrevista con Mojo. “¿Creen que soy tonto? ¿La gente realmente pensó que lancé eso pensando que era lo mejor que había grabado en mi vida? Obvio que me doy cuenta de que no lo es. Además, fue una forma de destruir lo que había hecho previamente". Sin embargo, hay quienes creen que Young hizo Everybody's Rockin' a propósito malo, y esto habría surgido después de los experimentos electrónicos de Trans (1983) y del rechazo del sello a su disco de country Old Ways (1985), lo que llevó a la discográfica a exigirle un álbum de rock ‘n’ roll.
“Casi le di Everybody’s Rockin’ a la discográfica Geffen de forma vengativa…”, admitió Young. A su vez, en otra entrevista con The New York Times, el compositor expresó: “Me dijeron que querían que toque más rock and roll, y que no sonaba como Neil Young, así que les di Everybody’s Rockin’ y les dije: ‘Este es un álbum de rock and roll de Neil Young luego de que alguien le diga lo que tiene que hacer; esto es exactamente lo que me dijeron que querían’”. El sello lo demandó por 3,3 millones de dólares por producir música “no comercial” y no característica de su estilo, y él respondió con una contrademanda, respaldado por un contrato que le garantizaba total control creativo.