Para el director y guionista Cameron Crowe, la música nunca fue solo banda sonora, sino que su relación con el cuarto arte siempre fue profunda. Sin ir más lejos, el estadounidense es la mente detrás de obras como The Union -el documental de 2011 que explora el proceso creativo de Elton John y su álbum The Union- y Pearl Jam Twenty -que repasa los primeros 20 años de historia del conjunto liderado por Eddie Vedder-.
Como todo buen melómano, Crowe es un amplio conocedor de la materia, aunque a la hora de tener que elegir un solo disco de todos los que escuchó a lo largo de su vida, se vio obligado a decantarse por un clásico: Pet Sounds (1966) de The Beach Boys. En un artículo publicado en Rolling Stone allá por diciembre del 2003, el cineasta contó cómo fue que se topó con la obra maestra de Brian Wilson y compañía durante su adolescencia.
“Tenía 13 años y quería comprar un casete de los Jackson 5”, relató Crowe. “El geek entendido detrás del mostrador negó con la cabeza y me aconsejó que comprara Pet Sounds. Desesperado por su aprobación de chico cool, lo hice. Sonaba raro, introvertido, nada melódico. ¿Y qué me dices de la portada? ¿Tipos raros vestidos como contadores de la época isabelina alimentando animales en el zoológico? Pensé que el álbum era un desastre y lo guardé en un cajón”.

Acto seguido, recordó cómo fue que se reencontró con el disco. “Al cabo de un año, Linda Alvarado (nombre ficticio) me rompió el corazón brutalmente. Por alguna razón fatídica, le di otra oportunidad a Pet Sounds. De repente, la música era más que una simple creación. Esos tipos raros alimentando animales en el zoológico lo entendían; incluso la música sonaba como yo sentía. Cuando encuentras canciones tan personales que sientes que alguien estuvo leyendo tu diario, tiendes a estudiar los créditos del álbum para averiguar quién demonios las escribió. Y eso te lleva al genio desgarrador de Brian Wilson”.
“Pet Sounds es la cumbre de la composición y la producción, tan meticulosamente ejecutadas que se te hace agua la boca al escucharlas. Están llenas de secretas peticiones de ayuda disfrazadas de armonías barrocas y edulcoradas, el sonido del universo de Wilson formándose y desmoronándose. El álbum fue un fracaso en su época, poco apreciado en un mundo adicto a los éxitos de Wilson con los Beach Boys. Hace apenas tres años, finalmente se convirtió en disco de platino. Para mí, Pet Sounds es un recuerdo, una obra maestra, la historia de un perdedor y un disco que te lleva suavemente de las solapas y te dice: ‘Así es como se siente estar vivo’", sentenció Crowe.