Ramones fue una banda que se caracterizó por no seguir las reglas de la industria de la música, tanto a nivel técnico como actitudinal. Incorrecto en todas sus facetas, el grupo punk renovó la escena neoyorquina en los años 70 e influenció a centenares de bandas con su desenfado y la búsqueda musical por fuera de los academicismos y complejidades.
Lo cierto es que Ramones no se trató de una pose o un producto diseñado por la industria, sino que llevaron la incorrección que los caracterizaba al escenario, a sus canciones e incluso a su backstage. Sus shows en vivo presentaban las canciones interpretadas en un tempo mucho más rápido al original, se despojaban de la búsqueda de virtuosismo y generaban un frenesí imparable en el público.
Además, como la mayoría de las bandas y artistas, el grupo punk tenía sus rituales antes de salir al escenario. Así como algunos músicos piden champán de lujo en su camarín, rosas, catering gourmet y otras excentricidades, el pedido de Ramones eran tan peculiar y mundano como su propia propuesta musical.
Los Ramones comían comida india bien picante
Mick Houghton, quien trabajó con la banda, reveló que los Ramones pedían comida india antes de salir a cada show, buscando que fuera la más picante posible. Este tipo de gastronomía se caracteriza por el uso de una gran variedad de especias y muchos de sus platos son extremadamente picantes, lo que puede causar indigestión y reacciones adversas.
“Era como un desafío, se sentaban allí con el sudor cayendo por sus rostros”, expresó sobre esta práctica que le permitía a la banda llegar con más energía al escenario, causada por el efecto de los sabores picantes. Por los riesgos de comer así, la banda colocaba baldes al costado del escenario en caso de que alguno necesitara vomitar.