No caben dudas de que Bob Dylan es uno de los artistas más influyentes de la historia, así como también uno de los más prolíficos. A lo largo de sus ya casi siete décadas en el negocio, Robert Allen Zimmerman (nombre real del músico) ha llegado a oídos de propios y extraños, tocando el corazón de millones, incluidos colegas como Keith Richards.
“Mientras se producía la invasión británica, Bob Dylan fue el hombre que realmente volvió a centrar la atención en el punto de vista estadounidense”, dijo el guitarrista y compositor de The Rolling Stones. “Al mismo tiempo, había estado recurriendo a la influencia de canciones populares anglo-celtas, y eso es ciertamente verdadero en el caso de ‘Girl From the North Country’”.
Richards hacía referencia al track que integró el disco The Freewheelin’ Bob Dylan. “Tiene todos los elementos de una hermosa escritura folk sin ser pretencioso“, agregó el miembro de sus majestades satánicas sobre la pista que en 1969 fue regrabada a dúo, junto a Johnny Cash, para el álbum country, Nashville Skyline.
“Antes de volverse eléctrico y someterse a esa implacable disciplina de una sección rítmica, había un hermoso flujo en las canciones de Bob que sólo se puede lograr con una voz y una guitarra”, recordó Richards. “No está restringido por nada, es una hermosa forma de expresión. Dejas que ciertas notas cuelguen más tiempo y no importa porque todo va con el tema”.