En la mayoría de los casos, el sueño de cualquier músico es ver a sus héroes en persona y agradecerles por su inspiración. A pesar de que a lo largo de su carrera conoció a músicos tan emblemáticos como él, Keith Richards, el mítico guitarrista de los Rolling Stones, admitió haber perdido la oportunidad de ver en vivo a uno de sus grandes referentes: Big Bill Broonzy.
Si por algo es conocido Keef, además de por ser un talentoso músico, es por su amor al blues: un género con una amplia historia que va más allá de la música. Aunque muchos guitarristas de rock empezaron con una simple progresión de acordes, para los músicos de Chicago el blues era mucho más que un lenguaje musical.
Aunque a menudo podía parecer un estilo simple, con melodías y armonías básicas, el blues servía como un traductor emocional para quienes atravesaban momentos difíciles en su vida. No era necesario ser un prodigio para tocar los licks de BB King, pero imitar su toque y su alma era otra historia.
Un músico que influyó a muchos guitarristas
Big Bill Broonzy entendía esto a la perfección y por eso sentó las bases del blues en Chicago, inspirando a guitarristas como Richards y Eric Clapton. Aunque Richards siempre confesó su admiración a Chuck Berry y Scotty Moore, Broonzy también influyó en su forma de tocar, haciendo que su guitarra “hablara”.
Broonzy falleció en 1958 después de luchar contra un cáncer de garganta, mucho antes de que los Stones fueran conocidos. Keef nunca lo pudo ver en vida y todo lo que le quedó fueron sus grabaciones. En una ocasión declaró: “Broonzy. Me hubiera encantado verlo en vivo. Me lo perdí por un pelo. Hay un gran video de él cantando ‘When Did You Leave Heaven’ en un pequeño club en Bélgica. Era un video clásico antes de su tiempo”.