Aunque Kurt Cobain nunca quiso ser parte de una de las bandas más grandes de la historia, admitió que “Smells Like Teen Spirit” terminó perjudicando al rock. La canción, concebida como una crítica al conformismo y a la superficialidad de la música mainstream, se convirtió en un himno generacional que, irónicamente, llevó a Nirvana al centro de la industria que tanto cuestionaban.
Parte del impacto que generó la canción se debió al contexto en el que fue lanzada y a la situación del género en ese momento. A principios de los 90, el glam rock aún dominaba la escena, con bandas como Poison y Mötley Crüe luciendo peinados y atuendos extravagantes.
En medio de esa superficialidad, Nirvana fue un soplo de aire fresco y Nevermind tuvo un impacto arrollador. Con su sonido crudo y auténtico, la banda logró conectar con una generación que se sentía alienada y cansada del exceso.
Sin embargo, “Smells Like Teen Spirit” destacó por encima del resto de las canciones, convirtiéndose en un himno generacional. Su riff inicial, tan simple como demoledor, y la intensidad con la que Cobain canalizó su apatía y frustración lograron capturar el espíritu de una juventud descontenta. Aun así, el éxito del himno lo dejó conflictuado, sintiendo que había causado más daño que bien.
“Me vi atrapado señalando con el dedo a esta generación“, declaró el músico en el libro Come As You Are: The Story of Nirvana. “Los resultados no son nada positivos. Solo aliena a las personas y las hace sentir lo mismo que te haría sentir un padrastro malvado. No pretendo hacer eso porque sé que, durante los años 80, mi generación estaba completamente indefensa”, concluyó.