Que dos artistas colaboren no es sinónimo de que se entiendan y compartan la misma visión sobre la manera de crear una pieza o, incluso, sobre temas ajenos a la música. Esto mismo le ocurrió a Mick Jagger y a Gram Parsons.
El músico estadounidense trabajó junto a los Rolling Stones en su aclamado álbum, Exile on Main St., e incluso vivió gran parte de 1971 junto a Keith Richards en su villa francesa, Nellcôte. Pero a pesar de la cercanía que compartía con sus majestades satánicas, Parsons nunca fue “comprendido” por el líder del conjunto británico.
“Mick y Gram nunca encajaron, principalmente porque los Stones son algo muy tribal”, admitió Richards en una entrevista con Rolling Stone. “Mick tiene oídos. A veces, mientras hacíamos Exile on Main St. en Francia, los tres estábamos escuchando canciones de Hank Williams mientras esperábamos que llegara el resto de la banda”.
No queda claro el por qué de la falta de vínculo entre Parsons y Jagger, aunque podríamos señalar hipótesis como el poco aprecio de Mick por la música country, género en el que Gram se especializaba. Lo cierto es que la dupla nunca pudo construir una gran relación.