En el verano de 1518, la ciudad de Estrasburgo, entonces parte del Sacro Imperio Romano Germánico, se vio sacudida por un fenómeno tan extraño como aterrador: cientos de personas comenzaron a bailar de manera incontrolable durante semanas. Lo que comenzó como una danza solitaria de una mujer, Frau Troffea, se transformó rápidamente en una epidemia que afectó a decenas, luego a cientos de personas, quienes no podían detenerse ni para descansar.
El misterio comenzó en julio de ese año, cuando Troffea, aparentemente sin motivo alguno, se lanzó a bailar en medio de la calle. En un principio, su comportamiento fue visto con curiosidad, pero pronto se convirtió en una fiebre contagiosa que afectó a otros. En pocos días, más personas comenzaron a unirse a la danza frenética. Para finales de mes, más de 100 personas bailaban en las calles, todas sumidas en el mismo trance. El fenómeno continuó hasta que a principios de septiembre el número de bailarines aumentó a 400.
¿Qué fue realmente la “plaga de baile”?
La “plaga de baile”, como comenzó a conocerse, fue un caso de coreomanía: una epidemia cuyo origen real se desconoce, aunque se supone que se trató de un caso de histeria colectiva. Por aquel entonces, algunos médicos sugirieron que la causa era una sobreabundancia de “sangre caliente”, mientras que otros creyeron que los afectados simplemente necesitaban seguir bailando hasta perder el deseo. A medida que los días pasaban, muchos colapsaban de agotamiento, y algunos incluso sufrieron ataques cardíacos fatales.
La explicación más común en esa época era que los bailarines habían sido maldecidos por San Vito, el santo patrón de la danza, lo que provocó miedo y desesperación entre los locales. Sin embargo, muchos historiadores modernos apuntan a factores más plausibles. El estrés derivado de las condiciones sociales y políticas del momento, sumado al brote de enfermedades no tratadas como la sífilis, pudo haber inducido a esta masa de pánico.
Otra teoría sostiene que un hongo llamado ergot, que crece en el pan, pudo haber contaminado los alimentos y causado convulsiones y comportamientos descontrolados, lo que explicaría el fenómeno de la danza incontrolable. Lo cierto es que, a pesar de las diversas teorías, la “plaga de baile” de 1518 sigue siendo uno de los episodios más extraños y desconcertantes de la historia.