AC/DC irrumpió en la escena musical de los años 70 con un propósito claro: devolver al rock ‘n’ roll su esencia cruda y directa, esa que conectaba con las raíces del género pero que, según ellos, había sido diluida por el exceso de pomposidad de las grandes bandas de la época.
Aunque en algún momento se intentó asociar al conjunto australiano con el movimiento punk, esta relación resultó ser un malentendido. Ambos reaccionaban contra el rock mainstream, pero lo hacían desde motivaciones radicalmente diferentes.
Mientras el punk se manifestaba como un grito de rabia política y anarquía, AC/DC buscaba simplemente celebrar los placeres simples y despreocupados de la vida, como el ritmo, las fiestas y la diversión.
La opinión de Bon Scott
En el año 1977, Bon Scott dejó clara esta distinción en una entrevista para el programa Countdown: “Tenemos a nuestros seguidores, que no son punk ni new wave… son solo personas que disfrutan del rock”.
El carismático vocalista rechazó con firmeza cualquier asociación de AC/DC con la ideología punk, e incluso calificó el movimiento como una “gran moda pasajera”. Según Scott, el público ansiaba algo más auténtico que consignas provocadoras como “¡Anarquía y violación!”.
Angus Young contra el punk
Por su parte, el guitarrista Angus Young fue más contundente al expresar su desconexión con el punk. En una entrevista, Young explicó que la música de AC/DC se basaba en la simplicidad y el espíritu festivo de íconos como Chuck Berry, quien cantaba sobre autos, mujeres y celebraciones: “Eso, para nosotros, era el rock ‘n’ roll”.
Contrario a esto, consideraba que el punk se enfocaba en vender anarquía como un producto político. Con su humor irónico, añadió: “Para ser honesto, la primera vez que escuché la palabra ‘anarquía’, tuve que buscar un diccionario para entender qué era”. Young veía al movimiento punk como algo espiritualmente vacío, tan alejado de su visión del rock como los excesos de las superestrellas del género en los años 70.