La historia de The Beatles fue breve en relación al impacto inconmensurable que tuvieron en la cultura popular. Más allá de que estuvieron activos durante una década, las giras terminaron a la mitad de su carrera, en 1966, cuando luego de un concierto cancelado por inseguridad eléctrica decidieron dejar de tocar en vivo.
Paul McCartney no estaba de acuerdo con esta decisión, pues en Anthology reveló: “He tratado de explicar que estar de gira es bueno y nos mantiene afilados. Necesitamos girar y los músicos necesitan tocar. Mantener la música viva”. Por su parte, Ringo Starr habló en 1969 y expresó su postura contraria a la de su amigo.
Lo mejor y lo peor de ser un Beatle
“Fue la mejor y la peor época de mi vida. La mejor porque tocábamos mucha buena música y pasé muy buenos momentos. Y la peor porque estar de gira nunca es un placer. Tocar siempre es un placer, pero lo que conlleva, especialmente para una banda tan grande como nosotros…”, agregó.
La Beatlemanía había crecido a niveles de extrema locura, volviéndose un fenómeno nunca visto. Mientras los fans gritaban durante los conciertos, la banda no llegaba a escucharse realmente y era perseguida cada vez que salía a la calle: “Es 24 horas al día sin descanso… con la prensa y la gente peleándose por entrar en tu habitación. Nunca cesaba”, agregó el músico.
De hecho, el propio McCartney reveló en Desert Island Discs que el baterista recibió amenazas de muerte durante sus giras por Estados Unidos y, si bien el resto podía tomárselo con humor, para él no fue así. “Si haces muchas giras… con lo que está pasando a nuestro alrededor… personalmente, me hubiera vuelto loco”, expresó Starr.
Esta visión de los Fab Four va a contramano de la mayoría de las bandas de su época, muchas de las cuales aún siguen de gira, como es el caso de The Rolling Stones o el propio McCartney. El músico, que actualmente tiene 82 años, continúa tocando por todo el mundo y visitó la Argentina hace apenas unos días.