Después del lanzamiento de sus dos primeros álbumes de estudio, el panorama para Bruce Springsteen no era nada alentador. Era 1974 y, a pesar de las críticas positivas que habían recibido sus discos, las ventas no tuvieron el mismo impacto y su sello, CBS, quería dejarlo. Sin embargo, hubo un show que cambió su vida y su carrera.
Para aquel entonces, el músico oriundo de Nueva Jersey era consciente de que debía dejar una marca, causar impacto y hacer un poco de ruido si quería seguir el camino de la música, aunque no tenía muy en claro cómo. Si bien ya había grabado “Born To Run“, que tuvo el visto bueno por parte de la audiencia, la discográfica no solo la estaba ignorando, sino que se estaba distanciando por completo de ella.
En una cita publicada por Louder, el por entonces manager de Springsteen, Mike Appel, declaraba lo siguiente: “CBS estaba pensando en dejar a Bruce. El vicepresidente, Charles Koppelman, estaba promocionando a Billy Joel. No le importaba en absoluto Bruce. Bruce había pasado gran parte de ese verano grabando ‘Born To Run’, pero a Columbia no le interesaba lanzarlo ni permitirnos grabar otras pistas para el álbum”.
El show bisagra
Todo cambió el 9 de mayo de 1974 con un show que Springsteen dio en el Harvard Square Theater de Cambridge, Massachusetts, como telonero de Bonnie Raitt. Bruce dio un show memorable que fue presenciado por Jon Landau, un periodista de la Rolling Stone que quedó atónito con lo que había visto. En un artículo posterior, definiría al músico como “el futuro del rock and roll”. Esa misma noche, Bruce salvó su carrera y se convirtió en una estrella.
En una crónica para The Real Paper, Landau describió a Bruce como “una maravilla de ver” y continuó detallando con asombro y admiración: “Delgado, vestido como un rechazado de Sha Na Na, desfila frente a su banda de ritmo estelar como una mezcla entre Chuck Berry, el primer Bob Dylan y Marlon Brando. Cada gesto, cada sílaba añade algo a su objetivo final: liberar nuestro espíritu mientras libera el suyo al desnudar su alma a través de su música”.
Eso no fue todo, el último párrafo del texto de Landau fue el impulso necesario para que Appel lo promocionara junto con el último single de Springsteen. Jon terminaba su crónica de la siguiente manera: “Vi mi pasado rock’n’roll pasar ante mis ojos. Y vi algo más: vi el futuro del rock’n’roll y su nombre es Bruce Springsteen. En una noche en la que necesitaba sentirme joven, me hizo sentir como si estuviera escuchando música por primera vez”.
La movida de Appel que cambió todo
Appel hizo algo inaudito: grabó unas 40 copias del máster de “Born To Run” y se los dio a las cuarenta estaciones de radio más escuchadas en los Estados Unidos para que la reprodujeran. ¿El resultado? Una horda de gente en las disquerías pidiendo un disco que no existía, ya que “Born To Run” era simplemente un single y tampoco podían adquirirlo porque era un máster.
“Los dueños de las tiendas se frustraban, llamaban a los promotores de CBS, y en poco tiempo no podían esperar para poner sus manos alrededor de mi cuello. Estaban furiosos porque había lanzado un disco a la radio antes de que estuviera en las tiendas”, recuerda Appel.
Al poco tiempo, CBS terminaría promocionando la música de Springsteen con el slogan de “el futuro del rock and roll” y Landau se uniría a Bruce como su nuevo productor y manager. “De repente, la marea cambió. Pasó el punto en que se volvió demasiado para ignorarlo. Y las cosas comenzaron a mejorar, y comencé el nuevo álbum“, recuerda Sprinsgteen.