Aunque a lo largo de su exitosa carrera haya compuesto incontables canciones memorables, Stevie Nicks entiende que su música va más allá de lo que pega o no en la radio. Para la artista, lo que importa es que las letras de sus canciones sean genuinas y vengan de una emoción real. Si bien es verdad que su catálogo está lleno de clásicos, tardó décadas en producir uno de sus discos más personales.
En los álbumes de Fleetwood Mac, Nicks compartía protagonismo con Lindsey Buckingham, lo que complicaba que pueda expresarse de forma completamente libre, sobre todo en Rumours, donde muchas de las canciones eran producto de su relación turbulenta. Incluso con el innovador Tusk, el control creativo de Buckingham y su cambio de estilo llevó a Nicks a distanciarse.
Como solista, Stevie lanzó discos icónicos como Bella Donna y Rock a Little, que reflejaba sus luchas personales. Sin embargo, 24 Karat Gold: Songs from the Vault es quizás su obra más completa de los 2000, retomando algunas viejas ideas y dándoles una nueva vida, logrando un resultado más íntimo y personal.
En una ocasión, Nicks dijo que le gustaría hacer más discos así, agregando: “Creo que este es uno de los mejores discos que he hecho. Así que no puedo simplemente dejarlo ir. Cuando termine la gira con Fleetwood Mac, podría ir directamente a Nashville y grabar ocho o nueve canciones más, y Warner Brothers puede tomarlo y reeditar el álbum. Tengo otros 10 demos más”.