El 30 de enero de 1969 quedó grabado en la memoria de la música como un momento histórico: el día en que los Beatles ofrecieron su última interpretación en vivo. La azotea de Apple Corps, la sede de su compañía en Savile Row, Londres, fue testigo de un espectáculo inesperado, caótico, mítico y memorable, que marcaría para siempre el rumbo de la banda y concluyó con una última canción que resumía a la perfección su esencia en aquel momento.
El contexto del último concierto
A finales de los años 60, la tensión entre los miembros de los Beatles era evidente. John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr atravesaban disputas creativas y personales, agravadas por el desgaste de una década marcada por la fama, los excesos y las diferencias musicales. En un intento por volver a sus raíces y reencontrarse con la espontaneidad del rock and roll, los Fab Four trabajaron en lo que se convertiría en el proyecto Let It Be.
El objetivo inicial era grabar un álbum y filmar un documental que mostrara el proceso de creación. Sin embargo, el proyecto derivó en algo mucho más simbólico: su última presentación en vivo. En lugar de un gran espectáculo, el grupo decidió improvisar un concierto íntimo en la azotea de Apple Corps, sorprendiendo a los transeúntes del centro de Londres y a los vecinos, quienes presenciarían un momento histórico para la música y la cultura.
“Get Back”: El fin de una era
Después de interpretar canciones como “Don’t Let Me Down” y “I’ve Got a Feeling”, el grupo cerró su actuación con “Get Back”, una canción nacida de la improvisación y la búsqueda de un sonido directo y sin adornos. Escrita principalmente por McCartney, “Get Back” fue un regreso a las raíces del rock, con una letra sencilla y un ritmo pegadizo que capturaba el espíritu que los Beatles querían recuperar en ese momento.
Mientras la policía subía a la terraza para interrumpir la presentación por las quejas de los vecinos, los Beatles seguían tocando con una energía renovada. Lennon improvisó una despedida al final de la canción, diciendo: “Me gustaría dar las gracias en nombre del grupo y de nosotros mismos y espero que hayamos pasado la audición”. Esta frase sarcástica pero simbólica cerró la última actuación de una banda que había transformado la música popular.