Cuando se habla de Queen, es inevitable pensar de inmediato en el carismático e inigualable Freddie Mercury, el líder indiscutible del grupo cuya presencia escénica hipnotizaba a la audiencia.
Sin embargo, además de ese imponente frontman, había un miembro de la banda que, aunque más discreto, tenía un impacto igualmente impresionante. De hecho, llegó a intimidar al propio Mercury cuando se unió al grupo: el bajista John Deacon.
Mientras el virtuoso vocalista era el centro de atención en cada presentación de Queen, Deacon permanecía en las sombras, manteniendo su compostura con una intensidad casi imperceptible, siendo su contraparte silenciosa pero poderosa.
Cuando Freddie ingresó a la banda todavía se llamaba Smile y estaban en busca de un nuevo bajista. Ahí dieron con Deacon, quien se presentó como un músico tímido, correcto, pero talentoso y bastante hábil.
Según recuerda Far Out Magazine, la sorpresa llegó cuando el bajista demostró su capacidad para componer. Resulta que John era un genio para crear melodías y ritmos memorables, y terminó aportando algunas de las canciones más queridas de la banda como “You’re My Best Friend” y “You and I”.
Un compositor que no podía ser subestimado
Esta última canción asombró de manera contundente a Mercury, quien no podía creer que su compañero pudiera componer cosas así. “Ese es el final del lado uno de A Day At The Races. Esa fue una pista de John Deacon, su contribución a este álbum. Sus canciones son buenas y cada vez son mejores. De hecho, estoy un poco preocupado… No lo subestimes, tiene un temperamento fogoso debajo de todo eso“.
A lo largo de los años, Deacon continuó creciendo como músico y contribuyó con algunos de los mayores éxitos de Queen, incluidos himnos radiales como “I Want To Break Free” y “Another One Bites the Dust”. Aunque puede que no haya destacado como Freddie en el escenario, Deacon fue una parte vital de la banda, que ayudó a dar forma al sonido y la identidad de Queen.