Aunque grabar en un estudio pueda parecer una actividad lúdica y divertida, la realidad es que muchas veces resulta frustrante y repetitiva, hasta para músicos consagrados como Paul McCartney. Aunque tuvo una carrera prolífica después de los Beatles, con Wings y como solista, el músico tuvo algunos dolores de cabeza grabando algunas de las canciones de su disco Red Rose Speedway.
Después de sus criticados dos primeros discos en solitario, Macca volvió al formato banda para renovar energías. Así fundó Wings, un grupo junto a su esposa Linda McCartney, el baterista Denny Seiwell (quien ya había trabajado con Paul en su disco RAM) y el guitarrista Denny Laine. En 1971 publicaron el disco Wild Life: un registro de las zapadas del grupo en un intento por capturar la espontaneidad de las interpretaciones en directo.
Para su segundo material de estudio, Red Rose Speedway (1973), Paul contrató al guitarrista Henry McCullough, y se propusieron darle un mayor tratamiento al trabajo en el estudio y las canciones. La exigencia de McCartney para este disco lo llevó a retomar un recurso que ya había utilizado en Abbey Road: incluir un popurrí de canciones conectadas al final del álbum. Así lo hizo con “Hold Me Tight”, “Lazy Dynamite”, “Hands Of Love” y “Power Cut”.
Sin embargo, el productor del LP, John Leckie, recordó lo mucho que le costó a la banda grabar este medley (vía Far Out Magazine): “Alrededor de un micrófono estaban Paul, Linda y Denny Laine cantando. Hay algo especial en cantar alrededor de un solo micrófono en lugar de tres. Al hacerlo, tienen que equilibrarse entre sí. Recuerdo que fue una verdadera tortura para la banda grabar ‘Hold Me Tight’ y ‘Lazy Dynamite’ porque suenan muy vacías”, dijo.