The Noise Made By People es un disco que reunió hilos de distintos tejidos para formar una telaraña y atrapar la singularidad del sonido de Broadcast. La banda de Birmingham, Inglaterra había debutado con un álbum titulado Work and Non Work (1997) a través del sello Warp, que compilaba los singles que habían sacado hasta entonces. Pero The Noise Made By People fue su primera obra con una intensión conceptual, como un hogar construido desde sus cimientos.
Broadcast no siempre fue un dúo conformado por la vocalista Trish Keenan y el bajista James Cargill; sus miembros originales fueron Roj Stevens en el teclado, Tim Felton en la guitarra, y el baterista Steve Perkins. Al finalizar la grabación del álbum, Perkins y Stevens abandonarían Broadcast, y tres años después, cuando sacaron su siguiente álbum Haha Sound (2003), también se iría su guitarrista para dar inicio a su nueva banda Seeland. Así, luego de The Noise Made By People, toda la energía del proyecto se concentró en la pareja Keenan y Cargill. Quizás por eso este álbum tiene un aura especial de cuando Broadcast aún era un colectivo. En su arte de tapa se pueden ver los rostros en blanco y negro de sus integrantes como si fuese una caja de pandora que conserva una parte vital de su trayectoria.
The Noise Made By People es un disco hipnótico de dream pop, con texturas electrónicas densas que conjuran un pantano donde nada la dulce voz de Trish Keenan. Al principio, en las canciones “Long Was the Year” y “Unchanging Window”, aparece una sensación de dolor dilatado que comienza poco a poco a repetirse como un mantra. Después de la segunda canción, uno ya está sumergido en el entresueño, ese momento antes de dormirse por completo en donde el inconsciente empieza a tomar las riendas. Broadcast genera eso, te transporta a un espacio sólido pero movedizo, tan profundo que va desde la vigilia hasta lo más hondo de un sótano surrealista, bajando escalón por escalón de forma lenta y distante.
Broadcast tenía un poco del sonido de una banda de los 60, con una pincelada psicodélica y brotes experimentales de distorsiones analógicas. Lo primero que se conoció de este álbum fue el single “Echo’s Answer” publicado el 1 de noviembre de 1999. El siguiente corte del álbum fue “Come On Let’s Go”, una melodía serena y transparente, la favorita de muchos oídos conquistados por este disco. Otra de las canciones que fue acompañada por un videoclip fue la estridente “Papercuts”, uno de los picos más altos del disco, precipitando la caída dolorosa del siguiente track, “You Can Fall”, y su atmósfera enrarecida.
Es particular escribir sobre Broadcast en tiempos de pandemia. En enero de 2011, Trish Keenan murió por una neumonía causada por otra pandemia, la gripe A. Keenan contrajo el virus H1N1 durante un viaje a Australia, y su muerte marcó el definitivo final de Broadcast. Es imposible no escuchar la melancolía de su voz, dos décadas después, mientras por televisión se ven los estragos de una pandemia que se lleva tantas vidas. Trish Keenan era dueña de una voz angelical que flotaba en la oscuridad, con una suavidad única e inquietante y una simpleza en sus letras casi habladas. Quizás su voz nunca tuvo el reconocimiento que se mereció, pero la gloria para ella no era la fama sino el poder armonizar los rincones del underground y quedar inmortalizada en el misterio que su figura profesaba. No abundan las entrevistas a Broadcast como tampoco las críticas de sus discos, fue una banda que siempre optó por andar a la sombra escapándose de los rayos del sol.
Una de las claves de The Noise Made By People es cómo crea climas que parecen venir de películas de terror o ciencia ficción. El carácter escalofriante de canciones como “Minus One”, “Tower of Our Turning” y “Dead The Long Year”, nos adentran en un paraíso enigmático. Con pocos elementos logran generar una atmósfera asfixiante, y esta cualidad le otorgaría a Broadcast el título de banda de culto. Después de todo, el último trabajo que Broadcast publicó fue la banda sonora de una película independiente. Berberian Sound Studio fue dirigida por Peter Strickland, creador del documental Björk: Biophilia Live (2014) y la ficción In Fabric (2018). El film retrata a un ingeniero de sonido inglés que viaja a Italia para trabajar en el estudio por el que pasaron grandes clásicos del cine, homenajeando a los films de terror italianos de los 70, de directores como Mario Bava, Darío Argento y Lamberto Baba. Broadcast fueron los autores de la totalidad de la banda sonora, Cargill tuvo que terminar el álbum luego de la trágica muerte de Keenan. Como ya se podía percibir en The Noise Made By People, esto no sería una sorpresa sino un escalón pendiente hacia su deceso final.