“Si no fuera Bob Dylan querría ser Leonard Cohen“. Así el cantautor más influyente de los sesenta elogiaba a Cohen (Montreal, 1934) y décadas después, más precisamente el mes pasado, se cumplió el aniversario de uno de los discos más esenciales en la historia del rock y en la del canadiense. Nos referimos a su segundo registro Songs From a Room (1969, Columbia).
Hacia 1969 el caos reinaba: la guerra de Vietnam, mayo francés, Latinoamérica iba a entrar en las dictaduras y los Stones editaban “Gimme Shelter” (casi un zeitgeist del ánimo en ese momento). El mundo era una trinchera y los jóvenes daban la batalla. En medio de esto, un canadiense, se describe a sí mismo con la siguiente calma y franqueza: “Like a bird on the wire, Like a drunk in a midnight choir, I have tried in my way to be free”, y con estas palabras resume Songs from a Room.
Disco elegante e intimista, cuyas canciones provienen de un cuarto hecho de un realismo casi sucio, edificado por una personalidad sensible y voyeurista, que observa y describe la parte de realidad que le interesa; esa fauna de villanos tontos, ebrios-desentonados y algún que otro héroe malogrado.
“como un borracho en un viejo coro de medianoche”
Cohen, en relación a sus colegas, los cantautores, era un amable “delirado”. Su lírica a lo largo y ancho de sus doce discos tocaría una gran cantidad de temas e incluso desde ópticas insólitas para un cantautor “serio”, como la morbidez que en la canción “Paper Thin Hotel”(1977), en que desde la vigilia de un hotel “cuyas paredes son finas como el papel” retrata con realismo pop cómo es que se garchen a la mujer que amas en la habitación contigua. Sí!: el tipo que hoy es budista, también estuvo de las chapas (el mejor sentido de la expresión) y fue muy experimental.
Éste excéntrico, dió vida a en Song from a Room a una criatura profana con la tradición de la protest song puritana de izquierda y con el country reaccionario de derecha. En “The Butcher” se materializa este artificio en cómo intepreta totálmente apático frente al dolor: “me clavé una aguja en el brazo/me ayudó un poco/un poco me lastimó”.
El tipo también se podía poner muy serio, como en “Story Of Isaac”, cuya letra que gira en torno a un hijo condenado por el mandato paterno y expone una de sus preocupaciones, la guerra de Vietnam. En este sentido el cover de “The Partisan” (1943) es explícitamente guerrera y tiene algo que a Leonard Cohen le sienta muy bien: la narración.
Leonard Cohen fue inicialmente escritor (El juego Favorito, 1963) y posteriormente reconocido como tal (Premio Príncipe de Asturias, 2011) pero la narrativa, en el terreno musical, está subyugada a las melodías y solo acarrea profundidad si de su interpretación se desprende el potencial sonoro que la historia cuenta. Cohen es y era un budista zen con las palabras y en este disco esto despunta porque no es su disco más lírico, sino que más bien es una suma de aciertos interpretativos.
Un cuarto en Nashville, Tenesse
Para grabar el disco que supondría su primer éxito (número 2 en los rankings de Gran Bretaña) Cohen, confeso admirador del Country, migró a Nashville “la capital del género” y colaboró con Bob Johnston, quien realizó la finísima tarea de cohesionar diez canciones cuyo estilo de producción y composición conforman una oscilación minimalista: un tema un poco alegre y otro un poco triste o un poco melancólico.
Songs from a Room es un disco hogareño y su temática principal es la intimidad, que se ve maximizada por esta orquestación sencilla y el desempeño vocal sutilmente expresivo, alejado de poeticismos y sentimentalismos.
Heridas
Pero volviendo a Dylan, que planteaba que quería ser Cohen o, como hace poco, Nicolas Jaar, en diálogo con Gouru Mag, confesó lo mismo: ¿qué tiene Leonard Cohen?
La respuesta es inconmensurable, pero un pasaje de su primera novela, nos da una respuesta asombrosamente sintética sobre, al menos, su valentía como cantautor: “Exhibir una herida, las orgullosas cicatrices de un combate, es fácil. Mostrar un grano es difícil.” Leonard Cohen, se encargó de lidiar con esta debilidad, de dejar la virilidad heroica de las luchas perdidas y de ponerse entre los mundanos, entre esa “gente con una carga ordinaria”, como él mismo aclara en “A Bunch Of Lonesome Heroes”.
Leonard Cohen – Songs from a Room
1969 – Columbia
01. Bird on the Wire
02. Story of Isaac
03. A Bunch of Lonesome Heros
04. The Partisan
05. Seems So Long Ago, Nancy
06. The Old Revolution
07. The Butcher
08. You Know Who I Am
09. Lady Midnight
10. Tonight Will Be Fine