“-Algún día Internet puede convertirse en una super autopista de información. –No me hagas reir” dice Bowie en Leon, en 1994.
A mitad de los noventa, mientras varios artistas de su generación se dedicaban al revisionismo o la nostalgia, David Bowie se reinventaba nuevamente y salía en un tour junto a Nine Inch Nails; un viejo tema suyo llegaba a la Generación X de la mano de Nirvana y culminaba ese período festejando su cumpleaños número cincuenta con un recital junto a Sonic Youth, Frank Black, Foo Fighters, Smashing Pumpkins y Robert Smith.
En esa época de nuevas influencias, Bowie publicó su trabajo más ambicioso de la década: 1.Outside, disco que formaría parte de una pentalogía que nunca se concretó. Recibido con altibajos por la crítica y amado por muchos de sus seguidores, logró captar la atención de aclamados directores de cine, que usaron sus canciones en películas que marcaron parte de esos años, como Lost Highway y Se7en.
Pero antes de que exista Outside, en marzo de 1994, existió una sesión de grabación en la que Bowie junto a Brian Eno, Reeves Gabriel y otros colaboradores, grabaron cerca de tres horas y media de material, de manera improvisada y experimental, que fueron el génesis de Outside. Las llamadas “Sesiones de Montreaux” se completaron en noviembre de ese año y se mezclaron en los Westside Studios de Londres. Pero ahí comenzaron los problemas de Bowie con su discográfica, que se negaba a publicar la versión completa, originalmente pensada como un disco doble o incluso triple, que en ese momento llevaba el título tentativo de Leon. En su versión original ese disco hubiese durado más de tres horas. Finalmente, con la discográfica en contra, Bowie decidió grabar algunas canciones más convencionales para incluirlas en lo que terminaría por transformarse en Outside y así poder publicar parte de ese material.
Sin embargo, el recorrido del resto de esas sesiones, durante años inconseguible, con el tiempo empezó a salir al exterior y filtrarse en pequeñas fragmentos que se podían escuchar por internet. Algunos audios de calidad variable, canciones perdidas y outtakes, fueron apareciendo, casi todo recopilado en el material publicado como “Something Really Fishy”, que dejaba entrever bastante de lo grabado en esas sesiones.
Si bien esto podía escucharse desde hace varios años, desde hace algunos meses puede conseguirse fácilmente en internet más de ese material, en alta calidad y mejor organizado, nuevamente bajo el nombre de Leon. Esta publicación, dividida en tres suites de más de 20 minutos cada una, ofrece una experiencia única en la discografía de Bowie. No solo hay varias melodías, letras y “canciones” nuevas, profundas reversiones de temas publicados en Outside, sino que toda la construcción y la estructura son ampliamente experimentales. Así como Outside estaba dividido en canciones convencionales y segues en donde Bowie narraba una historia encarnando diferentes personajes, en Leon estas divisiones se encuentran enormemente difuminadas. Estas suites son un fluir musical y narrativo, por momentos más cercano a ser la banda sonora de una película inexistente, mezcla de film-noir y cyberpunk à la Blade Runner que a un disco tradicional.
Ingresar a las suites de Leon es entrar al multiverso artístico de Bowie, donde se pone en evidencia que lo real es transformable y nunca existe una única manera de hacer las cosas ni de habitar el devenir.