XTRMNTR, el sexto disco de Primal Scream, fue una de las primeras revelaciones del nuevo milenio. Hasta el día de hoy, es un disco que confronta todo régimen sonoro, político y social. La banda originaria de Glasgow sintetizó en poco menos de una hora, la euforia, el éxtasis y la ironía de lo que era vivir durante los 2000 en Reino Unido y no sentirse conforme para nada con la realidad que emergía afuera de las coloridas publicidades de televisión y las campañas políticas que mentían al pueblo con un futuro mejor. El milenio no traería para Bobby Gillespie y compañía la alegría esperada, sino montones de emociones descontroladas que deberían transcribirse en cuestionamientos a lo establecido. Y el primer muro que derrumbarían los escoceses fue el de su propio universo, ganando la batalla y reinventándose en su mejor disco.
La banda había empezado a experimentar con el acid house y la sumersión rave en su clásico de 1991, Screamadelica. Pero XTRMNTR fue el salto definitivo a la electrónica, llevando el género hasta un paroxismo sin límites. Pero estos no eran los principios de los años 90, no era Screamadelica y tampoco eran los mismos Primal Scream. Después de algunos cambios en su formación que transcurrieron durante tiempos tensos en el grupo, Primal Scream empezaba a estabilizarse en este disco poniéndole fin, o un impasse, a la guerra contra la heroína que había hecho sus estragos y dejando a más de uno de lado. Las sesiones de grabación en absoluta tranquilidad interna contrastarían con la complejidad del espíritu subversivo y la rabia que dictaminarían el origen de las canciones de XTRMNTR.
XTRMNTR es un disco que repudia todo: las multinacionales, los Estados Unidos, la globalización, Margaret Tatcher y el patriotismo del britpop, que ya no se trataba tanto de Oasis o Blur sino de Robbie Williams y Coldplay. La mecha empieza a arder con la oda destructiva de “Kill All Hippies”. Sin mucha vuelta ni desarrollo, el beat cadencioso apunta contra el concepto del sentimiento banal del “paz y amor” que promovía un pacifismo social opiómano, cuando lo que se debía buscar era una rebelión popular a través de los sonidos de la modernidad. A propósito de esto, “Kill All Hippies” abre con un sample de la película de Dennis Hopper, Out of the Blue (1980), considerada la última película de la era punk, protagonizada por una joven revolucionaria obsesionada con Johnny Rotten y el plan de atacar la monarquía con anarquía.
Uno de los primeros hitos musicales que se extendió a este disco, fue la participación de Gillespie junto a Bernard Sumner de New Order en la canción “Out of Control” del disco Surrender (1999) de los Chemical Brothers. En XTRMNTR, Sumner aportaría voces y guitarras en “Shoot Speed Kill Light”, como también trabajaría en otros detalles de la producción del disco. Mientras que los Chemical Brothers harían un remix de una de “Swastika Eyes”, no solo una de las mejores canciones de XTRMNTR, sino de toda la discografía de Primal Scream. Esta canción fue al principio criticada por su duración y su postura anti Israel, para luego ser comprendida, aceptada y valorada como el arma política que pone el cuerpo en movimiento contra el neocolonialismo de las culturas dominantes. “Swastika Eyes” salió como single en 1999, anticipando esta nueva faceta del grupo, y acompañada de unos remixes que fueron luego incluidos en la edición del álbum.
Otra de las figuras clave fue Kevin Shields de My Bloody Valentine, el maestro del shoegaze, quien construyó las paredes de ruido que caracterizan su estilo. Shields estuvo en el proceso de mezcla y también acompañó la gira de presentación. Su primer trabajo en conjunto con Primal Scream sería una canción titulada “If They Move, Kill ‘Em”, publicada en el disco Vanishing Point (1997). Desde entonces mantendrían una estrecha relación al punto de considerar a Shields un integrante más del grupo escocés.
El disco está plagado de canciones explosivas como “Accelerator”, o la que le da el nombre, “Exterminator”, con guitarras poderosas, una electrónica ácida y una fuerte carga de atrocidades líricas que denuncian el presente con una llamada al caos. También incluyó estilos como el hip hop delator de “Pills”, la psicodélica “Blood Money”, y un único descenso en la melancólica con “Keep Your Dreams”. “Insect Royalty” formó parte del soundtrack de la película The Acid House (1998) de Paul McGuigan, adaptación de una novela del escritor punk Irvine Welsh. Esta sería la segunda conexión entre la banda y Welsh, ya que también habían participado en el soundtrack de Trainspotting (1996).
Dos años después, Primal Scream intentó realizar una especie de secuela de XTRMNTR con su consecuente Evil Heat, pero la llama se había mitigado, la desobediencia anestesiado, y no lograron conseguir un material tan consagratorio. Pero XTRMNTR rompió todos los esquemas y barreras impuestas y fue el antídoto que necesitaba el grupo para gritarle al mundo la destrucción que fluía en lo más profundo de su psiquis.