En julio de 1975, Kraftwerk realizó su primera gira por Estados Unidos y nada volvió a ser igual. El impacto visual de sus shows en vivo, como si se tratara de intérpretes no humanos, y sus sonidos electrónicos futuristas, conmocionaron al público norteamericano que se encontraba inmerso en la fiebre del rock progresivo y glam.
Meses después de esa gira, Kraftwerk publicó “Radioactivity”, asentando un profundo cambio de paradigma artístico dentro de la cultura pop. En una época en la que las guitarras y baterías eran instrumentos sagrados, la banda alemana abandonó los pocos instrumentos electro acústicos que utilizaron en sus primeros discos y sentó las bases de la música electrónica del presente.
Pero, ¿cómo sucedió que Kraftwerk estaba tan adelantado a su tiempo? ¿De dónde sacaron la idea de incorporar la tecnología a su manera de comprender y crear música? La respuesta puede rastrearse 20 años antes, con la fundación del estudio WDR en la ciudad alemana de Colonia y la creación de la Elektronische Musik.
Un dato que nos puede ayudar a entender a la Elektronische Musik es que es una escuela vanguardista que fundó sus principios no a partir de un manifiesto artístico, sino a partir de un manifiesto científico concebido por el físico alemán Werner Meyer Eppler. Su teoría era que el desarrollo tecnológico era tan importante como el creativo. También proponían sintetizar y crear nuevos sonidos a partir de la música grabada, cuestión que marcó una diferencia en relación a la música concreta francesa y artistas como Pierre Schaeffer, que tenían una mirada más pasiva en relación al manejo de la tecnología y estaban solo interesados en grabar sonidos y manipularlos pero no en crear nuevas síntesis sonoras.
Esta influencia explica cómo Kraftwerk se encontraba un paso adelante del resto de sus contemporáneos a la hora de utilizar avances tecnológicos en la composición de música. Para lograr esto, la banda alemana invertía todo lo que ganaba en su legendario estudio Kling Klang, un laboratorio de sonidos en donde experimentan con la electricidad y las frecuencias estéreo de la misma manera en que físicos, músicos e ingenieros de sonido trabajaron en los estudios de la WDR en los años 50.
Como ocurrió con las piezas musicales creadas por la Elektronische Musik, la evolución musical de Kraftwerk se sustentó en las innovaciones tecnológicas que fueron surgiendo para producir música. El uso de diferentes instrumentos de vanguardia como el secuenciador Synthanorma, clave en la producción de su disco The Man-Machine (1978), reafirmaba el concepto central que atravesaba a la vieja escuela electrónica: el arte debe convivir con la ciencia para poder evolucionar.
En sus shows en vivo, la banda alemana fue fortaleciendo el concepto de que no importaban los intérpretes: Kraftwerk era un concepto sonoro y visual superador, incluso por encima de sus propios integrantes. Sobre el escenario solo se podían distinguir cuatro siluetas prácticamente inmóviles tras sus sintetizadores y ordenadores. Esta idea rompió con el paradigma de época en donde los intérpretes eran centrales en la construcción de la identidad del rock, y también tiene sus bases en la Elektronische Musik. En 1953, Stockhausen, artista clave dentro del movimiento, presentó su canción “Studie 1” sin intérpretes en el escenario, utilizando solamente altavoces y un tocadiscos para tocar su pieza en vivo frente a la audiencia. Kraftwerk rescató esta idea de que la relación entre los intérpretes y el público podía no estar mediada solamente por seres humanos.
El concepto central que unió las teorías de la Elektronische Musik con Kraftwerk es la aceptación de la relación entre el hombre y la máquina. Mientras el estudio WDR construyó su identidad al mismo tiempo que los avances tecnológicos en la ciencia comenzaban a edificar autopistas, desarrollar los primeros procesadores computarizados y los prototipos cibernéticos de Inteligencia Artificial, Kraftwerk veinte años después expuso el resultado de estos progresos con discos como Autobahn (1974), Computer World (1981) y The Man Machine (1978).
Quizás el aporte más importante que la Elektronische Musik enseñó a Kraftwerk fue que la tecnología no debe ser glorificada ni rechazada, sino por el contrario, debe usarse como resistencia creativa. Un ejemplo claro es el uso que los originarios de Düsseldorf hicieron con la calculadora Casio FX-501P en su canción “Pocket Calculator”. De este modo dieron un nuevo significado a una herramienta de control financiero al convertirla en un dispositivo artístico. El gran legado que la Elektronische Musik y Kraftwerk dejaron es la idea de usar la tecnología como un instrumento de elevación del espíritu creativo del ser humano por sobre cualquier tipo de determinación técnica y de control.