Luego del éxito que tuvo el primer disco de Nine Inch Nails, Pretty Hate Machine (1989), el próximo paso lógico para el proyecto de Trent Reznor era volver al estudio para seguir produciendo material con ese sonido tan particular de la banda que combinaba ruidos industriales con melodías ásperas y oscuras. Sin embargo, más allá del éxito comercial que pueda tener una banda, el proceso de componer, grabar y producir un disco tiene un costo monetario importante que suele agravarse teniendo en cuenta todo el tiempo que puede demorar el proceso creativo de cada artista.
Por suerte para Reznor, se encontró con la oportunidad de poder alquilar a un buen precio una propiedad ubicada en Benedict Canyon en la ciudad de Los Ángeles. Sin pensarlo dos veces, aprovechó la ocasión sin saber realmente la historia del lugar que estaba alquilando para su nuevo estudio. A fin de cuentas, lo que él y su banda rentaron en 1992 fue una casa ubicada en 10050 Cielo Drive, donde sucedió uno de los acontecimientos más horribles y conocidos en la cultura estadounidense.
23 años antes, en 1969, esa misma propiedad era la casa del reconocido director de cine Roman Polanski y la actriz Sharon Tate, quien disfrutaba de una exitosa carrera. Por supuesto, nadie veía venir lo que ocurriría el 8 de agosto de ese mismo año. Esa noche, por mandato del infame ícono de la cultura pop americana Charles Manson, un grupo de miembros de su culto se dirigió a esa dirección. Uno de ellos era Tex Watson, quien en su libro Will You Die For Me? menciona que Manson les ordenó explícitamente a él y tres seguidoras más a “destruir a todas las personas” en el lugar y “hacerlo lo más horrible que puedan”.
Entre los cuatro miembros asesinaron no solo a Tate, quien estaba embarazada de ocho meses, sino también a sus amigos Jay Sebring, Wojciech Frykowski y Abigail Folger luego de forcejeos y torturas que terminaron en heridas de bala y más puñaladas de las que cualquier persona le gustaría contar.
De vuelta a 1992, al enterarse de la historia del lugar, Reznor decidió apropiarse del hecho y nombró Le Pig al estudio, que hace referencia a la frase “Death to pigs” escrita con la sangre de Sharon Tate en una de las paredes la noche de su asesinato. Fue en ese mismo estudio donde la banda terminaría grabando su primer EP Broken y su segundo disco The Downward Spiral, indudablemente uno de los más exitosos en su carrera. Curiosamente, el disco contiene canciones tituladas “Piggy” y “March of the Pigs”, pero no existen registros de ser referencias directas a los asesinados más allá del lugar donde fueron grabadas.
Pero lo que comenzó como una simple coincidencia y posible fuente de inspiración artística para Reznor, terminó en arrepentimiento durante la época más sombría del múltiple ganador de premios, incluyendo dos Grammys con Nine Inch Nails y dos Oscars en colaboración con Atticus Ross por sus soundtracks originales para las películas The Social Network y Soul. En una entrevista para Rolling Stone, Reznor mencionó que se dio cuenta del mal gusto de sus acciones luego de conocer a la hermana de Sharon Tate, quien le preguntó si él estaba explotando el asesinato a favor de su carrera. El cantante respondió que simplemente tenía un interés por el folklore americano y recapacitó aclarando que no quería apoyar de ninguna forma los hechos atroces que pasaron en ese lugar.
Durante su existencia hasta 1993, en Le Pig también se grabó el video para la canción “Gave Up” y parte del disco debut de Marilyn Manson titulado Portrait of an American Family. Trent Reznor terminó como el último inquilino del lugar antes de su demolición y no dudó en llevarse la puerta de entrada para instalarla en su nuevo estudio ubicado en Nueva Orleans, donde se mantuvo hasta que su disquera Nothing Records cerró en el año 2004. Hoy en día no hay registros concretos sobre el paradero de la simbólica puerta.
De lo que sí hay certeza es de la calidad del material grabado en Le Pig. Por un lado, un EP agresivo en el mejor de los sentidos, y por el otro un disco conceptual que de cierta forma narraba las luchas internas de Trent Reznor con sus adicciones y salud mental. Si de alguna manera el lugar sirvió como inspiración para crear estas dos obras, desde la perspectiva de los que estamos de este lado no es más que una coincidencia muy productiva.