Este 2018 comenzó con una enorme pérdida: la muerte de Mark E. Smith, cantante del grupo de post-punk británico The Fall, fallecido el 24 de enero a sus 60 años por culpa de un cáncer de pulmón que lo venía persiguiendo hace mucho tiempo y debilitando hasta la recta final. Recordamos esto porque un día como hoy, pero cuarenta años atrás, un 11 de agosto de 1978, The Fall sacaba su primer EP, llamado Bingo-Master’s Break-Out!. Compuesto por tres canciones que luego trascendieron en la historia de la banda, no sólo por ser las primeras que fueron editadas y su salida de los subterráneos a la realidad como esos gusanos que salen a ver la luz del sol para luego después volver a las profundidades, sino también porque sus primeras canciones fueron las que dijeron ¡The Fall es esto! Con este primer golpe hicieron la grieta que luego, con una extensa discografía, se encargaron de expandir y crear un universo de aquello que nos subyace; de lo absurdo y lo cotidiano; de lo abyecto y lo marginado; de lo desgraciado y lo grotesco.
The Fall es una banda oriunda del Mánchester post-industrial, aquel paraíso de residuos que inspiró la narrativa ballardiana, donde un auto que había sido incendiado era más poético cuando estaba apagado que cuando ardía el fuego. Mánchester era la ciudad del progreso en Inglaterra, un sueño que declinó muy rápido y el aire olía a fracaso y desesperanza. En un clima así, nacía The Fall y Joy Division, bandas que tuvieron cierta rivalidad al punto de ignorarse completamente, pero ese cierto misticismo en sus personalidades era inigualable. Las dos bandas marcaron la territorialidad del post-punk, cada una a su manera, como si la oscuridad de la época obligaba a ser expresada. Fábricas gigantes que adornaban el cielo, humo en el cielo, pero una humanidad que cada vez miraba menos hacia arriba. Con la cabeza gacha sólo tenía que trabajar y trabajar cada vez más duro porque el mundo se había vuelto una máquina con engranajes oxidados que había que volver a poner en marcha. La depresión y la decadencia se podían sentir al respirar.
The Fall supo nutrirse mucho de su época. Cuenta la leyenda que en el primer recital de los Sex Pistols, había unas cuarenta personas en el público y entre estas integrantes de Joy Division y The Fall, siendo ese el recital que sirvió de inspiración a cada banda para agruparse. El punk fue un shock, un relámpago, porque enseguida nació el post-punk. Era la primer chispa la que se necesitaba, que algo al menos cambiara la estética y la forma de abarcar la materia. The Fall se oponía a la música demasiado elaborada. Para ellos debía ser más bien una patada, conservar ese shock del punk como novedad generacional, pero apostar a otro tipo de lenguaje, como la del trance monótono en la cotidianeidad proletaria. A esta estética del nuevo género, The Fall le sumó sus características para ser distinto a lo que se estaba sentando nuevamente. A lo que se conocía como post-punk, la banda agarró su camino y encontró un nueva posición de mantenerse apartados, aun en la distancia.
Bingo-Master’s Break-Out! dura solamente nueve minutos, así que estaría bueno hacerle una disección para corroborar las raíces de aquello que después se expandió. El disco abre con la intrépida “Psycho Maffia“, un desahogo punk que inmediatamente nos va a recordar a Johnny Rotten, que en ese momento ya estaba asesinando a su alter ego y sería John Lydon, desde que abandonó los Sex Pistols para formar Public Image Ltd. La segunda es “Bingo-Master” y parece hacer referencia a un personaje de carne y hueso. Esto es fundamental en la narrativa de The Fall, ya que algo que se debe marcar como una de las características principales de la banda, es su literatura. No sólo porque el nombre de la banda fue tomado del libro de Albert Camus llamado de la misma manera, sino que también sucede como si la poética de The Fall pasara por atribuirle problemas reales a personajes ficcionales: el personaje de “Bingo-Master” termina suicidándose tomando pastillas. La canción fue escrita cuando Mark E. Smith se vio asombrado por la adicción de las personas al juego, pero también fue una forma de sátira de cómo el capitalismo se receta y se retira en la farmacia. Narcóticos que funcionan de métodos de control social. The Fall admiraba la literatura de William Burroughs, quien era llamado “el abuelo del punk”, y los personajes que viven en sus canciones bien podrían existir en un relato del escritor de El almuerzo desnudo.
The Fall tiene un fuerte énfasis químico, como si el clima onírico que atraviesan sus canciones no formaran parte del universo real. O por el contrario, si la vigilia no nos permitiera elaborar los sueños necesarios y sólo una alteración química del cerebro puede instaurar determinados chispazos. The Fall convive mucho con la escena terrestre y no tanto con la de la reflexión. Sus personajes van al choque desde lo absurdo, son caricaturas que te invitan a que uno saque su propia lectura. Lo no dicho de la literatura. Lo que subyace y se mete igual de lo subterráneo. De “Bingo-Master” a “Mr. Pharmacist” se pueden encontrar varios nombres o referencias a un universo inventado para burlarse del que vemos día a día.
Mark E. Smith tenía ese rostro peculiar, mezcla de engreído con cierto misticismo. Tenía una mueca fácil para demostrar su asco, ojos poderosos y una sonrisa soberbia. The Fall era una resistencia al control social, pero dentro de los químicos eran esos pacientes que no se podían tratar. Su sonido era metanfetamínico, crudo, los punteos de la guitarra como punzadas, los teclados repetitivos que buscan el círculo, mientras el bajo y la batería apuestan a lo metálico, como un caño oxidado que ya no sirve, sólo para emitir sonido y existencia. El EP cierra con una extensa canción llamada “Repetition“, en la que se invita a un recorrido cíclico, un remolino que cae y vuelve a empezar, mientras la voz, más que cantada, es recitada. Esta era otra de las características que se acentuó de inmediato: en la manera tan peculiar que tenía Mark E. Smith de cantar también había un lado muy literario. Ponía énfasis en acentuaciones y preparaba algún tipo de gruñido para determinada pronunciación. Uno de sus mejores discos se llamó Perverted by Language, y de esto se trató: de romper toda estructura gramatical y en los residuos lingüísticos encontrar lo poético.
The Fall a la vez estaban muy interesados en la política, pero su forma de transmitirlo no era tan evidente como otras bandas contemporáneas. En esa época podemos ver tres grandes líneas de la cosmovisión del post-punk: el peso existencialista de Joy Division, el interés político-social de Gang of Four y el absurdo subterráneo de The Fall. Gang of Four, a simple vista y literalmente, es la más política. Pero como bien dice en la canción cierre del EP, cavamos en la repetición, como si encontrar la política en The Fall sea una cuestión de echar mano a la obra y encontrar el brote real en la abstracción. The Fall hacía una caricatura con humor misántropo, mientras que Gang of Four era más bien una fotografía de izquierda. En la poética de The Fall se pone en juicio a toda la humanidad, no se para desde el estandarte de un partido. Por eso, más que literal, sería literariamente político. Como si su punto de vista estuviera a un costado de toda cuestión social y se burlara de todas las clases. Nadie discute que The Fall tenía principios de izquierda, pero su forma de transmitirlo era de otra manera y el trabajo que tenía quien escuchara sus canciones era el de decodificar el mensaje, repetir la cinta en el cerebro, poner el papel contra la luz y ver que el surrealismo es en realidad un calco de la realidad.
The Fall cambió varias veces de formación, sólo Smith se mantuvo siempre. Su discografía es muy vasta y también cuentan con mucho material en vivo. Cuentan con varias participaciones también: una de las más destacadas es la aparición del vocalista de The Fall en Plastic Beach de Gorillaz, en la octava canción “Glitter Freezer“. Mark E. Smith se mantuvo en actividad hasta el final: en julio del 2017 salió su disco número treinta y uno: New Facts Emerge. La agresividad y el surrealismo se mantuvieron siempre presentes desde Bingo-Master’s Break-Out!, lo demás fue una lobotomía lingüística subterránea.
The Fall – Bingo-Master’s Break-Out!
1978 – Step-Forward
01. Psycho Mafia
02. Bingo-Master
03. Repetition