Sister Rosetta Tharpe se anticipó más de diez años al fenómeno del rock and roll de los años 50 y su invaluable legado. Su talento para tocar la guitarra eléctrica sentó las bases de toda la generación blusera británica de los 60 y con su ángel escénico definió la mayoría de los guiños necesarios de los futuros líderes de la cultura rock.
Nacida en 1915 en Arkansas, resultó clave su emigración a Chicago, ciudad en la que el góspel y el blues de Misisipi estaban muy en boga y que, junto con Nueva Orleans en donde el jazz era la tendencia, impulsaron la vanguardia musical en los Estados Unidos de los años 30.
Dos cuestiones esenciales comenzaron a definir el estilo musical de Rosetta durante su estadía en Chicago. Primero, la influencia vocal que recibió de los cantantes denominados “shouters”, que gritaban por encima de los instrumentos utilizando la potencia de su voz sin necesidad de amplificarla. La otra es su manera de usar la púa, técnica denominada “fingerpicking”, producto de haberse iniciado tocando instrumentos como el banjo y la mandolina.
La guitarra eléctrica de cuerpo sólido, la Fender Broadcaster luego rebautizada como Fender Telecaster, apareció recién en 1950, pero Rosetta estaba tan avanzada a su tiempo que ella con su guitarra Stella (de cuerpo hueco, que se amplifica a través de un resonador metálico interno) definió mucho de los licks que iban a ser comúnmente usados en el rock y el blues diez años más tarde. De este modo, en una época donde los dúos de piano y guitarra eran muy comunes, Rosetta modernizó el sonido de la música popular e introdujo con éxito las guitarras con resonador eléctrico interno en los conciertos de góspel de aquellos años.
Divorciada se mudó a Nueva York, ciudad que marcaría fuertemente su vida personal y artística. Comenzó a tocar en el Cotton Club con la orquesta de Lucky Millinder y obtuvo éxito comercial con “Rock Me” y “I Want Tall Skinny Papa”. Pese a la popularidad de estas dos canciones, Rosetta tenía dudas acerca de su valor artístico e influenciada por los Dixie Hummingbirds (especialmente por su guitarrista Howard Carroll) publicó en 1938 “The Lonesome Road”.
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Esta canción comenzó a definir el estilo del futuro rock and roll y logró que Rosetta recupere y gane nuevos adeptos. Así siguió su propia convicción artística, estableciendo sus propias reglas de juego por fuera de la que le imponían comercialmente las discográficas. Esto también se volvería una especie de leitmotiv de la futura cultura del rock: la diferencia entre los grandes artistas con búsqueda propia y los que solo siguen las reglas del negocio hasta desaparecer lentamente con el paso del tiempo.
En 1940 y con solo 25 años, Rosetta era tan famosa como Duke Ellington o Cab Calloway, pero ella no se conformaba, y su siguiente paso fue invitar a artistas blancos a tocar en sus shows. Así como en los 60, The Rolling Stones agasajó a diferentes artistas negros en sus presentaciones para romper las barreras raciales de aquellos años, Rosetta quince años antes atacó el segregacionismo racial en el arte al elegir como banda soporte de sus shows a artistas blancos como The Jordanaires.
Otra cuestión en la que se adelantó a su tiempo fue en la creación de los hoy conocidos como autobús de giras. Para evitar los problemas que conllevaban los diferentes tours por el sur de Estados Unidos debido a la discriminación racial, tuvo la idea de girar en un autobús con camas y comedor. Esto permitió que sus músicos y ella puedan alimentarse y descansar con total independencia de lo que ocurría en el exterior.
Finalmente en 1944 compuso “Strange Things Happen Every Day”, que a través del uso de licks definió el sonido característico de la guitarra de rock and roll que Chuck Berry iba a popularizar en los años 50.
Mientras tanto, artistas influenciados por la música de Rosetta como Elvis Presley y Johnny Cash comenzaron a asistir todos los domingos a misas de góspel para aprender de la importancia de la gestualidad y el carisma de los cantantes de este género. La difusión del carácter y musicalidad que hizo Rosetta de la música góspel terminaría siendo un elemento de suma importancia en la conformación y explosión artística de los futuros cantantes de rock and roll.
A comienzos de los años 60, en el marco de la explosión mundial de la Beatlemanía y del rhythm and blues en Gran Bretaña a través de artistas como The Rolling Stones, The Yardbirds y The Kinks, Rosetta realizó junto a Muddy Waters la famosa gira por suelo británico llamada “The Blues and Gospel Train”. Este tour inspiró la manera y forma de tocar la guitarra de los jóvenes británicos hasta el presente. De hecho, Jeff Beck, Eric Clapton, y Keith Richards estuvieron presentes en el histórico concierto que dio en la estación de tren de Mánchester y en repetidas veces la nombraron como una de sus principales influencias.
Sucedida la muerte de su madre, Rosetta entró en una profunda depresión que agudiza su problema de diabetes el cual le terminaría produciendo la amputación de una de sus piernas. Finalmente murió en 1973 en la ciudad de Filadelfia, a la edad de 59 años. Su legado y aporte a la cultura rock es inmenso e infinito. La creatividad de licks de guitarra de Chuck Berry y la euforia de Elvis Presley al cantar fueron influenciados por el talento y la personalidad de Rossetta Tharpe. A partir de su técnica, transformó a la guitarra en un instrumento totalmente nuevo que llevó al siguiente nivel al góspel y el blues. Ese nuevo escalafón se terminaría transformando en la música más bailada y festejada del siglo pasado como lo fue el rock and roll.