The Bends es un disco clave para entender la historia de Radiohead ya que se trata de una etapa bisagra entre dos polos estéticos. Por un lado, está el pasado de Pablo Honey (1993), y hacia el futuro está OK Computer (1997). En el segundo disco de la banda inglesa empezaron a brillar algunos destellos que terminarían convirtiéndose en el universo sintético que hoy conocemos. Pero también hay varias huellas de ese desierto árido transitado por el rock de los 90. The Bends puede no ser el disco favorito de los fans de Radiohead, tampoco el disco favorito de los integrantes de la banda. Pero ha logrado convertirse, a lo largo de estos veinticinco años de existencia, en una de las piezas más relevantes del sonido de su época, por haber marcado el destino de Radiohead: The Bends muestra hacia dónde la banda quería seguir y dónde no volvería a pisar.
El significado del nombre del álbum refiere al síndrome de descompresión que se presenta comúnmente en los buzos y los pilotos de avión. Es una enfermedad que empezó a nombrarse durante la Segunda Guerra Mundial, que empieza atacando debajo de la piel y continúa con fuertes dolores en el resto del cuerpo. Una poderosa presión que serviría para metaforizar en cierto punto la fama que le había caído de golpe a este grupo de veinteañeros luego de su primer álbum. Tenían que sorprender con un nuevo sonido para escapar de la fosa que se habían cavado por sí solos luego de que “Creep” se convirtiera en un éxito del que Radiohead siempre le intentó escapar. No lo lograron… pero casi.
En esta etapa, Radiohead empezó a involucrarse con dos personas con las cuáles terminaría estrechando una relación simbiótica. Por un lado, Stanley Donwood, escritor y artista inglés, que diseñó las distintas portadas de la banda. Primero la del single “My Iron Lung” y luego la icónica tapa de The Bends. Para esta última, a Donwood se le ocurrió servirse de un maniquí que utilizaban los estudiantes de medicina para sus prácticas de revitalización. En cierta medida representaba esa angustia sofocada que emanan las canciones del disco. Donwood empezó a trabajar desde 1994 y continuó en complicidad ilustrativa con montones de flyers para los tours de la banda. También realizó los diseños para la otra banda paralela que tuvo Thom Yorke, Atoms For Peace. Y encontraron diversas maneras productivas de difundir sus trabajos, como una vez que se pusieron los dos en la calle repartiendo el diario The Universal Sigh durante la promoción de The King Of Limbs (2011).
La otra persona es, quien fue considerado como el sexto integrante de Radiohead, el productor Nigel Godrich. Radiohead comenzó a grabar en varios estudios de Inglaterra, entre estos el mítico Abbey Road, y luego llegaron al estudio RAK con John Leckie, que los iba a ayudar con ciertos arreglos y detalles. Pero Leckie en ese momento era un productor célebre y ocupado, por eso en varias ocasiones terminó pasándole trabajo a Godrich, con quien la banda terminó encontrando una mayor afinidad. Se volvió fundamental en la obra posterior de Radiohead hasta el día de hoy. OK Computer fue el primer disco que Godrich produjo íntegramente y siguió con todo lo demás que giraba en torno a la banda, hasta A Moon Shaped Pool (2016), e incluyendo también las otras aristas en la trayectoria de Yorke, como sus discos solistas.
Las canciones de The Bends tienen una estructura más convencional si se las compara con lo que siguió después. Varias le dan un lugar primordial a la guitarra, espacio que luego será ocupado por sintetizadores y programaciones. Pero este disco contiene grandes clásicos como “Fake Plastic Trees”, tema que le sirvió a Thom Yorke para encontrar su característico timbre agudo. Es una canción melancólica inspirada en un centro comercial de Londres que cerró dejando a muchas familias en la calle, con un paisaje rodeado de plantas artificiales. Yorke grabó esta canción luego de un show de Jeff Buckley del que salió tan conmocionado que, luego de tocar la canción dos o tres veces, se puso a llorar.
“High and Dry” era una canción que no le cerraba a los integrantes del grupo, pero sus productores los convencieron de que la incluyan en el disco. Alcanzó una gran repercusión, al punto de existir varias reversiones del tema, como la del cantante y pianista inglés de jazz y pop, Jammie Cullum. Jorge Drexler también se dio el lujo de hacer su interpretación. Y El Lele, miembro de la orquesta cubana Los Van Van, tradujo al español la letra y realizó una versión libre de la original. Esta última se dio en el contexto de un proyecto de la fundación Artist Project Earth, una ONG que busca concientizar sobre los efectos del cambio climático a través de la música. Para esto surgió un proyecto particular llamado Rhythms del mundo, propulsado con la ayuda del Buena Vista Social Club, donde combinaban canciones populares de la música anglosajona interpretadas por ritmos latinos.
Pero no todo son baladas desgarradoras en The Bends. También encontramos piezas poderosas como “Just”, una de las mejores canciones del álbum. Frenética y distorsionada en su sonido, retorcida y existencialista en sus metáforas, “Just” fue también acompañada de uno de los videoclips más extraños que sacó Radiohead. Un hombre va caminando por la calle y de la nada decide acostarse en el piso, poseedor de un secreto que toda persona que se frena a ayudarlo quiere saber, pero él no se lo quiere decir, hasta que la policía insiste en que el hombre hable y cuando revela su saber, los subtítulos se cortan y todas las personas que lo rodean están acostados en la calle igual que él, mientras que los integrantes de la banda los observan desde un piso en lo alto de un edificio.
“Street Spirit (Fade Out)” es el broche de oro, expresa una sensación de abatimiento y descenso, a la que Thom Yorke se refirió como desesperanzadora y que no logró comprender cómo les gustaba tanto a los fans de Radiohead: “Nuestros fans son mucho más valientes que yo al dejar que esa canción los penetre, o tal vez no se den cuenta de lo que están escuchando. No se dan cuenta de que ‘Street Spirit’ habla de mirar al diablo directamente a los ojos y saber que, sin importar lo que hagas, él va a reír último… y es real, y es verdad,” dijo en una entrevista a la prestigiosa revista inglesa New Musical Express.
Pasaron 25 años de este disco que catapultó a Radiohead hacia el remolino experimental que siguió en su trayectoria. En cierta medida, es un disco de despedida a una época, ya que el grupo no volvió a sonar a algo que se le asemeje o que ya haya existido. Radiohead en The Bends cerró una puerta, para encontrar en el encierro un universo nuevo. Luego de este disco, Radiohead dio vuelta la página del rock alternativo y se alejó de todo tipo de influencias que hostigaban a ese período, para encontrar un sello distintivo y empezar a escribir su historia de otra forma.