Stephen King es un autor cuya obra se caracteriza por el abordaje del terror, la monstruosidad a la que puede llegar el ser humano y el mundo sobrenatural. A lo largo de su extensa carrera escribió muchos libros, a veces bajo seudónimos, pero existe una publicación de la que se arrepiente. Se trata de Rabia (de título original Rage), que cuenta la historia de un joven estudiante de secundaria que es expulsado de la institución y, a modo de venganza, realiza un tiroteo. Esta novela publicada en 1977 bajo el seudónimo de Richard Bachman se encuentra fuera de circulación.
Los tiroteos en escuelas secundarias de Estados Unidos son moneda corriente y se repiten con el paso del tiempo. Sobre el tema se han filmado películas como Elephant, documentales como Bowling for Columbine y más. Sin embargo, la obra de King fue puntapié para muchos casos de tiroteos, por lo que el autor decidió dejar de imprimirla. De hecho, el caso de Michael Carneal fue la gota que rebalsó el vaso.
El tiroteo que terminó con el libro
“El incidente de Carneal fue suficiente para mí. Pedí a mi editor que sacara de circulación ese maldito libro. Accedieron”, expresó King en un discurso de 1999. Este tiroteo de 1997 dejó como saldo tres muertos y cinco heridos, pero lo llamativo es que la policía halló una copia de Rabia entre las pertenencias del asesino.
Otros casos “influenciados” por el libro
Este no fue el único caso, pues se unió a los tiroteos escolares llevados a cabo por Jeffrey Cox en 1988 -quien declaró ser fanático de la novela y haberse sentido muy identificado- y Dustin L. Pierce en 1989 -quien también poseía una copia del texto-.
En el prólogo de la novela Blaze, el autor hizo referencia a este hecho y declaró que Rabia estaba “fuera de impresión”. Algo similar sucedió con el clásico El guardián entre el centeno de J. D. Salinger, ya que varios asesinos famosos -entre ellos Mark Chapman- declararon haberse inspirado en el libro.
King declaró que la creación estuvo inspirada en pensamientos de su adolescencia. En un texto para Entertainment Weekly expresó: “Ciertamente en estos días sensibles y en edad, mi escritura universitaria -incluyendo una historia corta llamada Cain Rose Up y la novela Rage– podría haber levantado banderas rojas, y estoy seguro que alguien me habría etiquetado como enfermo mental por ello…”.