Todo ranking es arbitrario e injusto, como la vida misma. Por eso, este top ten no intenta presentarse como “Las diez mejores canciones de…” sino como una aproximación, una pequeña escalera que conduzca hacia el vasto y personal mundo de Nick Cave and The Bad Seeds. Quienes tuvimos la suerte de ver al australiano y sus secuaces en vivo sabemos que es difícil salir ileso de dicha experiencia (es cierto, Los Bad Seeds ya no son lo que eran y dejaron en el camino a varias de sus piezas claves como Blixa Bargeld o Mick Harvey pero Cave y los suyos en vivo siguen siendo un evento necesario para todo amante de la música) y quizás, este breve mapa de canciones, impulse a algún desprevenido a no perderse el recital de octubre.
Do You Love Me?
1994 – Let Love In
En el comienzo fue el Groove. Un juego entre batería y bajo nos invita a entrar al profundo universo de los Bad Seeds con esta canción que condensa todos los elementos representativos del grupo bajo la forma de un dub oscuro y sexual. “Do You Love Me?” muestra a The Bad Seeds en su máxima expresión: una letra sobre un amor fugaz, poderoso y trágico con referencias religiosas, un bajo hipnótico e imparable y un arreglo de piano que tambalea entre ese estado de iluminación y decadencia que sólo se alcanza en algunas noches de borrachera. Todo sostenido, desde luego, por la voz grave y tormentosa de Cave que hace quedar en ridículo cualquier intento de definir sus canciones dentro del género gótico: aquí no hay vampiros, sobretodos negros ni sangre falsa de película clase B sino un texto romántico y trágico sobre una mujer conocida en una “noche de fuego y ruido” capaz de desatar una tormenta en la cama del protagonista que , sin embargo, jamás pierde conciencia de que estaba destinado a perderla porque “todas las cosas se mueven hacia su propio final” y él no iba a poder cambiar, aunque lo intentara, ni siquiera por ella.
Stagger Lee
1996 – Murder Ballads
Quien haya presenciado esta canción en vivo, sabe que es una experiencia intensa. Un crescendo imparable que arranca con una línea de bajo oscura y adictiva como un mantra tenebroso y tiene su cenit en un grito desesperado, siguiendo la escalada de pánico y locura en un bar nocturno que describe la letra del segundo track de Murder Ballads. Basada en “Stag” Lee Shelton, una figura típica del folklore estadounidense tristemente célebre por asesinar a un hombre a finales del siglo XIX en una discusión nocturna, Cave da forma a una fábula polémica por su alto nivel de violencia, lenguaje obsceno y sexismo para un disco que surgió como una especie de broma, en la que el australiano se burlaba de quienes lo acusaban de hablar de crímenes en todas sus canciones.
Lime Tree Arbour
1997 – The Boatman’s Call
Luego de una breve, tormentosa y nunca del todo confirmada relación con PJ Harvey, Nick baja la guardia y entrega su disco más romántico y despojado hasta el momento: muchas baladas al piano sobre amores para toda la vida que duraron poco y limitada participación de los Bad Seeds. De todas esas baladas, brilla particularmente “Lime Tree Arbour” con sus aires de tugurio jazzero a altas horas de la madrugada. Aquí Cave se encarga del piano y el hammond pero es el bajo profundo y nocturno de Harvey el que marca el ritmo. Es como si el whisky, la melancolía y la noche atravesaran los parlantes. Bienvenidos a la versión adulta de Nick Cave.
Red Right Hand
1994 – Let Love In
¿Por quién doblan las campanas? El significado detrás de esta suerte de vals sobrenatural con un curioso y memorable arreglo de órgano, sigue llevando un halo de misterio y, tal vez, por esta multiplicidad de interpretaciones que permite su letra, la canción fue usada hasta el cansancio en diversas películas y series. Se sabe que la idea de una mano derecha roja Cave la tomó del poema “El Paraíso Perdido” de John Milton, y que esa misma referencia vuelve en “Song of Joy” esa viñeta lúgubre que abre Murder Ballads y que debería estar en esta lista si las listas fuesen justas. Pero volvamos a “Red Right Hand” y a su enigmático personaje principal que te consigue lo que necesites: plata, un auto y hasta autoestima si te sentís como un insecto pero, claro, nada es gratis y tal vez el precio que tengas que pagar a cambio será demasiado alto.
The Weeping Song
1990 – The Good Son
La influencia de Leonard Cohen en Cave fue crucial para dejar atrás su pasado punk con The Birthday Party y comenzar su etapa con los Bad Seeds. En este dúo con Blixa Bargeld la impronta del genial artista canadiense es particularmente notoria. Por momentos la fusión entre Cave y Bargeld, el guitarrista de los Bad Seeds y líder de los impronunciables Einstürzende Neubauten, es tan grande que cuesta diferenciar quien se encarga de cada estrofa de este dueto, en la que sobre una música casi bailable (en conexión con canciones de Cohen como “Lover, Lover, Lover”) cantan sobre el llanto de padres e hijos y el narrador le pregunta a su padre por qué llora y le pide perdón por haberlo hecho sufrir tanto.
Your Funeral… My Trial
1986 – Your Funeral… My Trial
Aquí es donde los Bad Seeds encontraron su estilo. El mismo que definiría (a veces con demasiada insistencia, es cierto) el modelo de balada de Nick Cave: el bellísimo motivo de piano que se repite, cortesía de Mick Harvey, la voz lúgubre y cansada de Cave, un bajo ebrio de chorus, cierto tempo cuasi cirquense y esa letra sobre sexo, muerte, culpa. Un hombre retorcido comenzando a recorrer un camino retorcido.
Abbatoir Blues
2004 – Abattoir Blues/The Lyre of Orpheus
Sobre una base de batería lineal y demoledora que suena a Charly Alberti tocando stoner rock y unos acordes de piano que caen como puñales, Cave construye esta adictiva dosis de rock oscuro y nocturno. El último gran disco del australiano.
Straight To You
1992 – Henry’s Dream
Una canción de amor desesperada, un ejemplo perfecto de esa suerte de himnos épicos que fusionan dolor, pasión y referencias bíblicas que tan bien sabe hacer Cave. Mención aparte por su intensa interpretación vocal que transmite de forma sublime la obsesión del protagonista por un amor tormentoso y obsesivo que sólo presagia tempestades pero del que no puede escapar y al que siempre vuelve a pesar de todo. Escúchenlo al borde de los gritos cuando canta aquello de que “el mar se tragará a las montañas y el cielo arrojará rayos y centellas”.
The Good Son
1990 – The Good Son
Nueve años antes de que Blur hiciese lo mismo con “Tender”, Nick y los suyos mezclaron góspel y rock en esta compleja composición que da título al disco con el que Cave entraba a los noventa, grababa en Brasil y empezaba a echar un poco de luz en la característica oscuridad de sus canciones.
Watching Alice
1998 – Tender Prey
De todos los álbumes grabados por Nick Cave en los ochenta, Tender Prey fue el más exitoso gracias al legendario “hit” de The Mercy Seat que habla sobre los últimos minutos de vida de un condenado a la silla eléctrica. Pero detrás de la larga sombra de “The Mercy Seat” quedaron ocultas varias canciones hermosas como “Watching Alice”, una balada conducida sobre un melancólico piano decadente que trata sobre un voyeurista y la mujer a la que espía. (“Observando a Alicia vestirse en su habitación, es tan depresivo, es cruel”.) Le das play e instantáneamente te transporta a una noche fría, lluviosa y solitaria.
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Foto principal: Sam Barker.