Las bandas de punk y hardcore trabajan de forma opuesta a aquellos artistas que simplemente se suben al escenario para interpretar sus canciones y se van.
Tomando la actividad cultural radical y el accionamiento político como un conjunto, estos artistas comenzaron sus carreras siguiendo la senda de la autogestión para crear una obra por fuera de la lógica de los negocios y así construir un mapa sin fisuras. Muchos de estos trabajos son hoy rarezas difíciles de conseguir, distribuidos en descoloridos cassettes y difundidos en flyers artesanales.
Tras una era de disturbios, destrucción y despojo en Argentina, había llegado la prosaica tarea de crear y mantener una cultura alternativa que tuviera una actitud abierta hacia el futuro. La esperanza y la motivación se configuraron en los cimientos del movimiento Buenos Aires Hardcore. Con precisión cronológica, algún bondi bramaba por el camino y escupía frente al Teatro Arlequines unos cuantos jóvenes borrachos y sedientos de pogo. Muchas veces verían juntas a las bandas que, con el tiempo, diferenciamos como hardcore o punk -los límites entre géneros son porosos y muchas veces arbitrarios-.
En un archivo disperso y un rompecabezas de iniciales, todavía sobreviven registros de la comunidad ferozmente independiente que fue el BAHC. Estos son algunos de los grupos y personas que fueron una parte integral de esa construcción.
Fun People
Autodenominada hardcore gay anti-fascista, Fun People fue la banda que marcó el norte del hardcore nacional empezando a tocar a una velocidad a la que todavía no estábamos acostumbrados.
Varios años después, los temas que Nekro y compañía trataron en su momento hoy están en boca de todos: aborto ilegal, supremacía del macho, HIV, veganismo, cuidado del ambiente e independencia en general. Sin fundamentalismos ni sermones, la voz de Nekro destellaba como una cinta plateada en la espesa oscuridad en la que se desplazaban los jóvenes de la década del 90.
Cucsifae
En 1998, Lucas Sequeira abandona definitivamente las guitarras en Fun People para dedicarse a este nuevo proyecto. Su primer disco fue publicado por De La Fae Records, sello también creado por Lucas, e incluyó himnos como “Carlin” y “Q´carajo“.
En una carrera que duró diez años y cuatro discos, el mensaje en contra de los tabúes trazaba una comunidad apostando al lado más humano de la sociedad, erupcionando una y otra vez en redes de letras sintéticas y duraciones fugaces. En el 2000, para la grabación de Take You Higher, el grupo llegaría a los míticos estudios Del Abasto Al Paso del productor Álvaro Villagra, artífice detrás del sonido registrado del BAHC.
Shaila
En línea con el movimiento que deja atrás los esquemas destructivos para optar por una ideología que apuesta hacia la motivación y el propósito político, el grupo oriundo de Flores da inicio a su primer LP, Progresar, con “Festejen existir”. Aunque a partir de este trabajo del año 2000 Shaila se caracterizó por un hardcore melódico y gótico, su primer EP es una de esas joyas recónditas que circuló en cassette en 1995 y se acercaba mucho más a la ligereza del rock con canciones como “Ella y yo”, que dan la sensación de conocerlas de toda la vida.
A lo largo de una carrera que duraría desde 1995 hasta hoy, con 15 discos en su haber, el grupo exploró de manera oblicua las temáticas del anarquismo, sexismo, colonialismo y capitalismo, poniendo en grito en el cielo entre signos de interrogación.
No Demuestra Interés
La desnuda y filosa intensidad de la voz en Extremo sur (1993) convirtió a No Demuestra Interés en una pieza sustancial para la entropía de la escena hardcore. En dos fugaces minutos y medio, “Que todo sea para bien” manifiesta un paradigma: la falta de sentido no como un abismo, sino como una posibilidad. La estridencia que los hermanaba, al tiempo que los distinguía de sus contemporáneos, se mantiene constante en Días de furia (1994), para aplacarse apenas unos decibeles en Mensaje no preciso de imagen (1995), con un sonido menos cargado y más matizado.
Después de seis años de furia, N.D.I. se disolvió en 1998, para hacer un estridente regreso en 2020, cuando celebraron los 30 años de Extremo sur en el Teatro Flores, acompañados de nuevas bandas que llevan la antorcha como Da Skate y Dum Chica.
Buscando Otra Diversión
Al igual que N.D.I, Buscando Otra Diversión irrumpió en la escena con su participación en el split Mentes abiertas, la verdadera invasión (1992), un guiño al compilado de punk Invasión 88 (1988) que compartieron con Diferentes Actitudes Juveniles, Existencia de Odio y 2 Minutos, entre otros.
Después de este certero primer paso, B.O.D. llenó los escenarios con un rock visceral, intenso y despojado que dio la oportunidad al público de exorcizar sus demonios internos, y después lo volcaron en Pura adrenalina (1992). Su segunda producción, Resistiendo el sufrimiento (1994), fue también intransigente con la distorsión, el ruido y el brutalismo que los puso a la cabeza de esta rebelión, que duró para este grupo hasta 1996.
Existencia de Odio
En donde se cruzan las latitudes del hardcore, el punk y el metal, nació en 1988 Existencia de Odio, bautizados en honor a la canción de Agnostic Front. La primera válvula de escape que E.D.O. construyó para sortear el vacío emocional (que se puede escuchar hoy día) fue Nuevas fuerzas (1992). Inquebrantables, continuaron afilando su fuerza al nivel de una daga fina y tajante con Un paso al frente (1994), un LP de 23 canciones que acelera su ritmo y heterogeneidad sonora a un paso vertiginoso.
El último disco previo a su separación fue Esperando la rendición (1996), pero esta conclusión fue solo aparente; la reunión en 2004 para tocar en Cemento llevó a la grabación de Fuera del túnel (2007), EP que funcionó como adelanto para Palabras de furia contra un mundo enfermo (2012).
Diferentes Actitudes Juveniles
Los integrantes de Diferentes Actitudes Juveniles fueron también las mentes detrás del sello y el compilado Mentes abiertas. El grupo oriundo de La Boca se las ingenió para llevar su apasionada y honesta creencia en el DIY al extremo, apostándolo todo por la comunidad.
Las canciones deslumbrantemente rápidas y abiertamente políticas de Realidad virtual (1973) tendieron puentes con quienes gritaban desde abajo del escenario, estableciendo en conjunto sus propios criterios sobre lo que es bueno en la música y en las calles. Su impiadoso e indomable estruendo se pulió más aún para In (1997), LP distribuido por el sello Firme y Alerta Discos.
Minoría Activa
Con Gori (ex Fun People) como guitarrista y Esteban “Moncho” Seijo como cantate, Minoría Activa nace en Buenos Aires a finales de 1991. Dos ajetreados años los llevaron de tocar en el Arlequines a tocar en el Estadio Obras para 5 mil personas, compartiendo escenario con referentes como Biohazard y Bad Religion. Para el cambio de milenio, su música quedó en las manos y perillas del productor estrella Álvaro Villagra, que trabajó en Principio del fin (2000) en los estudios Del Abasto al Pasto.
En 2005, Neo nemesis incluyó en un plano si se quiere democrático sus influencias globales y compatriotas, con covers de Misfits, Agnostic Front, D.A.J. y B.O.D. Su último disco es del año 2019 y se titula Hiper Mega Mosh, que era una garantía de sus primeros shows. Después de 30 años de carrera, su cantante comentó que “el público del hardcore es como un oso panda, está en extinción todo el tiempo”. No obstante, esto no es excusa para saltar del barco.
Massacre
Después de que el mundo del skate acercara a Guillermo “Walas” al punk rock, su unión con Francisco “Paco” Ruiz Ferreyra en batería, José “Topo” Armetta en el bajo y Richard Serafini en voces nos dió el debut Massacre Palestina (1987), en ese momento el disco homónimo de la banda. Después del atentado a la AMIA en 1994, el grupo pasó a llamarse simplemente “Massacre”.
Sus nuevas producciones discográficas, visionarias en cuanto a las velocidades, los géneros e influencias que combinaban, empezaron a conectar tanto con el under nacional como con lo mainstream a nivel global, abriéndoles las puertas para telonear bandas como Chinese Dragons y Agnostic Front, y con los Ramones en su histórico show de 1993. Treinta años después, Massacre sigue conectado con las bandas emergentes en un festival llamado en su honor: se presentó el mes pasado junto a Winona Riders, Sakatumba, Dum Chica, Marina Fages y Las Tussi en el marco del Festival Nuevo Día.
Todos Tus Muertos
El referente del reggae Fidel Nadal empezó su trayecto a la deriva en el híbrido océano de Todos Tus Muertos, algo punk, algo hardocre y algo ska. En su escurridizo desarrollo, el grupo usó la música como plataforma para denunciar el colonialismo y otros despiadados asesinatos masivos, con álbumes como Nena de Hiroshima (1989), Dale Aborigen (1994) y Argentina te asesina (2000).
Su fórmula de under impregnado de compromiso político los enlazó con otros referentes como Manu Chao y, entre otras de las conexiones inesperadas de su carrera, “Tu alma Mía / Adelita” formó parte del soundtrack de la película Curdled (1996).
Detenido Desaparecido
Después de la cruda realidad del último golpe militar en Argentina, muchos necesitaban un espacio donde desahogarse y purgar la bronca por las atrocidades vividas. El BAHC proveyó ese espacio de maneras más o menos tácitas -saltando y gritando en shows o verbalizando las injusticias que ya no se aguantaban- .
Este último fue el caso para Detenido Desaparecido, donde la urgencia pesaba más que la sutileza y su militancia fue desde exigir el fin del servicio militar obligatorio desde los escenarios. Con un lo-fi por obligación más que por opción, Hunden América en sangre (1994) fue distribuido junto al fanzine “Juventud Perdida”, y reivindicó la memoria de los crímenes de Estado desde Roca hasta Videla.
Vieja Escuela
En contra de los puritanismos y refinamientos musicales, el bajista Darío (después Natalia), el baterista Duende, el guitarrista Lisandro y un cantante apodado Punga crearon en 1995 Vieja Escuela. Querían hacer hardcore old school y querían que llegue a todo el mundo. Probaron su propia interpretación de la ideología straight edge, que predicaba la abstinencia del alcohol y drogas, del sexo casual y los excesos que caracterizaron a los primeros héroes del punk.
Como su sonido bien demuestra, no se trataba de un gusto por la contención sino por lo revolucionario. Para resistir al control corporativo de la sociedad dominante, la mejor apuesta era resistirse a estas satisfacciones tan pacificadoras como autodestructivas.