En las buenas y en las malas, la música siempre estuvo. En un año por siempre marcado por el aislamiento social, la música se volvió para muchxs un refugio en el que podíamos encontrar desahogo mientras afuera el mundo se transformaba en algo irreconocible. Por el tiempo que duraba un disco, nos podíamos sentar con esx artistx para adentrarnos en su obra y encontrar compañía en un año lleno de incertidumbre.
Como cada diciembre, el staff de Indie Hoy hizo una selección de las obras que de alguna manera definieron el año que se va. Estos 50 discos demostraron que el formato del álbum aún sigue relevante incluso en tiempos en los que afloran los singles y los algoritmos crean sus propias playlists. Y si durante el año pasado los discos de crítica política habían acompañado las protestas sociales que surgieron en distintas partes del mundo, el sonido del 2020 se definió por álbumes que se sumergen en la introspección personal, como un reflejo de las sensibilidades que afloraron estos meses.
50. Taylor Swift – Folklore
Republic
Folklore llega en un momento en el que Taylor Swift se cansó de seguir el juego del súper estrellato y estaba lista para sacar un disco sin concesiones. Anunciado un día antes de que saliera y sin ningún éxito garantizado, este disco acústico y despojado está hecho para que sus críticos lo adopten sin tener que lidiar con el glamour asociado a su música. Pero en el centro de Folklore se encuentran las mismas temáticas y sensibilidad pop que Taylor siempre ha tenido, solo que con otra capa de barniz. – Rodrigo Murguía
49. Yves Tumor – Heaven to a Tortured Mind
Warp
En Heaven to a Tortured Mind, Yves Tumor reemplaza la amplia paleta sonora de su disco anterior por un sonido más consistente que toma muy libremente del glam rock de los 70, desde David Bowie a T-Rex, y la manera en la que ese glamour cocainómano desordenado fue luego reapropiado en los 90. Es un proyecto sumamente cohesivo en el que se nota que Tumor se está divirtiendo cuando deja que las guitarras rujan en el fondo de “Medicine Burn” o cuando entra en su falsetto ligero en la gran balada “Super Stars”. En su afán de querer hacer un disco accesible, Yves Tumor dejó atrás la ambientación caótica de su antiguo material para llegar a un punto medio de experimentación contenida. – Rodrigo Murguía
48. Weste – Abanico
Geiser Discos
En su tercer álbum, el dúo argentino-uruguayo deja atrás la exploración andina de Huestes (2017) y mira hacia el Oriente. Clara Trucco e Ignacio Pérez se inspiran en melodías japonesas y en temas elementales como lo inexorable del tiempo y los arquetipos de la personalidad. Canciones como “Tinta” y “Ficcionar” eligen las palabras justas, como si se propusieran revelar máximas o dictar instrucciones para un acto de magia. La producción musical a cargo de ellos mismos afina sus influencias folclóricas hacia el R&B y hip hop contemporáneo, resultando en la obra más ambiciosa y concisa de su discografía. En un juego de fusión de géneros, Weste extiende las cartas de sus referencias y las vuelve a mezclar para mostrarnos las disímiles inspiraciones que pueden convivir con naturalidad en un mismo proyecto. – Eric Olsen
47. Christine and the Queens – La vita nuova
Because Music
En un año dominado por singles periódicos y discos conceptuales, Christine and the Queens eligió trabajar en el EP como un formato no menos válido. En sus seis canciones, la artista francesa firma una obra contundente y personal, demostrando que lo corto y bueno es dos veces bueno. Publicado en febrero e inspirado en la muerte de su madre, los sentimientos que Héloïse Adélaïde Letissier explora en La vita nuova parecen predecir el clima anímico de este año pandémico (¿no es “la vida nueva” otro sinónimo de “la nueva normalidad”?). La soledad y la añoranza atraviesan este EP trilingüe de pop electrónico que se volvió un acompañante emocional durante la cuarentena. – Eric Olsen
46. Las Luces Primeras – Savia roja
Magical Books Records
Con su tercer larga duración, Mariano Peccinetti redobla la apuesta: fortalece la identidad sonora de su proyecto y construye una psicodelia a la medida de esta época. Más que escenario del viaje místico, la naturaleza es ahora portavoz del mensaje, y “Toxi”, un manifiesto ecologista en clave kraut punk, la canción que mejor lo resume. “Plantas negras” funciona como bálsamo y a la vez himno de empoderamiento para transitar la distopía: “No me digas que no estás buscando algo lindo en esta oscuridad”, canta, y en “La liebre libre” encarna a una suerte de Donovan cuyano que invita a huir de la opresión del sistema. Por si quedan dudas, en el instrumental que cierra el disco está la clave para acceder al despertar de conciencia que propone su artífice. Esa desintoxicación espiritual solo parece posible de una manera, y de ahí lo contundente del título: “Apaga las pantallas”. Un imperativo más que atendible en estos tiempos pandémicos, donde la virtualidad y el desenfreno informativo se multiplican tan rápido como el virus. – Marina Cimerelli
45. Kali Uchis – Sin miedo (del amor y otros demonios)
EMI / Interscope
El segundo álbum de Kali Uchis es el reverso opuesto de la carta de presentación que había sido Isolation (2018). Mientras que en su debut la artista colombo-estadounidense había mostrado su versatilidad para el soul contemporáneo y el pop electrónico, en Sin miedo muestra la misma naturalidad con el reggaetón y el R&B en castellano. Este volantazo también se refleja en la elección de sus colaboradores: en su debut aparecían Tyler, the Creator, Gorillaz y Tame Impala, y ahora tenemos contribuciones de Jhay Cortez, Tainy y Jowell & Randy. Pero algunas cosas no cambian, como la sensibilidad de Uchis por la estética noir, su fascinación con los símbolos de la cartomancia, y más importante, su determinación para volverse el nuevo ángel del pop mundial. – Eric Olsen
44. Rubio – Mango negro
Jungla Music / Warner
Fran Straube dividió el lanzamiento del sucesor de Pez (2018) en tres partes que develó durante la cuarentena: La pérdida, La existencia y El fruto, haciendo de Mango negro un ecosistema ecléctico de microclimas difuminados. A lo largo de sus 15 tracks, Rubio se sumerge en una exploración tribal que evoca la coexistencia del techno y la música étnica, naufragando en el aluvión que conlleva su mixtura mientras hecha ancla en el enigma insondable del ser. El segundo disco de la artista chilena abre un portal entre lo selvático, lo etéreo y lo fantasmagórico, para atravesar el frenesí del mundo moderno, el rito a la naturaleza y su vital reminiscencia ancestral. Y así va desdibujando el horizonte entre lo subjetivo y lo político, para hechizarnos con el encantamiento suscitado por su catarsis espiritual. – Juampa Barbero
43. Bestia Bebé – Gracias por nada
Laptra Discos
En su cuarto disco de estudio, Bestia Bebé renovó su sonido apostando por canciones más tranquilas y arreglos de guitarras menos crudos. Las letras del disco transitan por los tópicos a los que la banda de Boedo nos tiene acostumbrados: un repaso por ciertas imágenes de la cotidianeidad del barrio y sus personajes, mezclado con ciertas historias épicas. Todo esto cubierto por una película gris de desamor. El momento más alto del disco se da con el último corte de difusión previo al lanzamiento: “Música de suspenso”. Comienza con un arpegio de guitarra acompañado por un par de imágenes costumbrista del barrio, evocando el encuentro con una pareja. El estribillo asoma con una base de batería que va construyendo un clima épico para finalizar en un mar de guitarras y distorsión. – Luciano Billone
42. Against All Logic – 2017 – 2019
Other People
Nicolas Jaar publicó este año dos discos bajo su propio nombre, Cenizas y Telas; obras introspectivas en las que el productor chileno-estadounidense se sumerge en lo más profundo de su conciencia a través de la exploración de texturas y pasajes meditativos. Against All Logic es lo opuesto. 2017 – 2019, el segundo LP de este proyecto paralelo, es un collage de desenfreno rítmico, un experimento sin restricciones ni concesiones. Alejado del enfoque atmosférico y las influencias esotéricas que caracterizan su alias personal, Jaar da rienda suelta a sus inquietudes más caóticas combinando house, reggaetón y techno con voracidad. Distorsión y saturación al servicio de nuestro inconsciente más irracional. – Eric Olsen
41. Miranda Johansen – Envoltorio
Independiente
Envoltorio es un disco conceptual para escuchar de principio a fin. Su paso es fugaz, pero su estela rutilante. Desde “Sueño nómade” a “Lo que se disuelve”, Miranda Johansen nos adentra en un paisaje singular donde la radioactividad y los rayos violetas reflejan la sensualidad de esta distopía surrealista que retrata la vorágine electrizante que subyace en nuestras pieles. La intimidad de su bedroom pop le permite a la artista argentina exteriorizar con cierta melancolía de ángel caído el cortocircuito emocional que cohibe despertar y a su vez persuade levitar en la atmósfera onírica que alude en sus siete canciones. Ahondando en abismos más viscerales que en su antecesor Fata morgana (2019), Envoltorio encandila con su presencia amorfa como una construcción introspectiva de lo intangible y lo infinito. – Juampa Barbero
40. Vera – Terso
Independiente
En su primer disco, Vera Spinetta conjuga poesía y texturas electrónicas en una obra de pop suave y sonidos espaciales. La música y poeta argentina nos sumerge en un mundo sensible que refleja las emociones de la maternidad, el recuerdo, el amor y sus propios sentimientos. Las palabras “alma”, “aire”, “cuerpos” y “crecer” predominan a lo largo de estas siete canciones que proponen un viaje sereno de introspección y sosiego. – Cecilia Bonomo
39. 1915 – Los años futuros
Independiente
1915 nunca habían sonado tan enfocados como lo hacen en su tercer disco de estudio, Los años futuros. En sus trabajos anteriores, Dual (2016) y Bandera (2018), la banda porteña habían demostrado una ambición por incorporar distintos géneros musicales para lograr un sonido no precisamente único, pero sí interesante. El primer single de este nuevo disco seguía esa senda: “Extranjero” incorporaba arreglos de teclado influenciados por Charly García pero con una melodía pop digna de Miranda!. Y si algo demuestra este disco, es que a 1915 no les gusta repetirse. En sus ocho temas, el disco amplía la paleta de estilos pero mantiene una cohesión, e incluso cuando no todos estos intentos funcionan, sí parecen estar conscientes de sus limitaciones. – Rodrigo Murguía
38. Pablo Neptuno – Nunca todo va a ser perfecto
Independiente
En los tres años que separan Nunca todo va a ser perfecto de su disco anterior, Pablo Neptuno se replanteó las razones por las que hace música. Harto de la presión, los fantasmas del reconocimiento y una sensación de adolescencia eterna, el músico argentino creó un disco que refleja evolución y madurez. El resultado es su obra más concisa en años, en donde suena más seguro que nunca de sus composiciones y de su estilo del humor. El disco fue grabado previo a la pandemia, pero hay una sensibilidad introspectiva que recorre sus canciones mientras se despide de amores pasajeros, de sus miedos al compromiso y de las expectativas irreales de un músico independiente. Neptuno mira al futuro con una cara más realista no libre de encanto. – Eric Olsen
37. Aldo Benítez – XIS
Otras Formas
“¿Cómo voy a evitar caer en el mismo lugar?” se pregunta una y otra vez Aldo Benítez en una de las canciones de su tercer disco, XIS. Su habilidad por no repetirse y escapar de las convenciones es una constante en la carrera del músico bonaerense. Sus canciones se sienten como rastros que va dejando en el camino, experimentando con el pop y la música electrónica en una obra con más preguntas que respuestas. El mismo nombre del disco alude a este interés por romper con los esquemas de género y forjar una identidad propia. Aldo canta como si pensara en voz alta, dando vueltas a las vacilaciones y respuestas que se hace a sí mismo. Como los infinitos pensamientos y posibilidades que se nos ocurren antes de actuar, lo no dicho parece ser lo más interesante para él. – Eric Olsen
36. Trueno – Atrevido
NEUEN
Luego de haberse coronado como el nuevo referente del freestyle, Trueno finalmente publicó su álbum debut titulado Atrevido. El estilo de Mateo Palacios navega sobre varias aguas, suponiendo un híbrido entre el rap improvisado y las producciones potentes de la mano de Taiu Y Tatool junto a un dream team de colaboraciones (Nicki Nicole, Wos, Bizzarap, Aleman y más). A lo largo de sus 10 canciones coquetea con ritmos oscuros, influencias latinas y R&B, hasta llegar a un equilibrio en donde el nuevo trap y el hip hop clásico coexisten. El rapero de La Boca aborda con convicción y un moderado manejo de autotune sobre lo que hoy está pasando en lo más profundo de los barrios y la desigualdad que se vive en ellos. Trueno confirma en su debut tener una capacidad para contar historias musicales y versátiles. – Ariel Duarte
35. Phoebe Bridgers – Punisher
Dead Oceans
A través de historias y metáforas que simulan estar en un sueño dentro de otro y de otro más, Punisher llega hasta lo más hondo de nuestro inconsciente. Sus canciones tratan temas con los que todos nos podemos relacionar, como estar obsesionados con nuestros ídolos, ser incondicional con alguien que no nos valora y desear con todo nuestro ser que nos quieran. Al final del día, todos somos punishers, amantes, corazones rotos y llenos de fantasías que intentan encontrarle significado a la pregunta de por qué estamos aquí. El segundo disco de Phoebe Bridgers refleja lo que podemos esperar en nuestro futuro compartido como adultos incomprendidos. – Adriana González Olivo
34. Kevin Krauter – Full Hand
Bayonet
Kevin Krauter es un cantautor oriundo de Indiana que inició su carrera con Hoops, banda que editó un disco y un EP a través del renombrado sello indie Fat Possum. Desde que la banda entró en una pausa indefinida -que terminó con su separación definitiva-, Krauter se dedicó a hacer música más introspectiva por su cuenta. Full Hand es su segundo disco en solitario y, ciertamente, su trabajo más maduro. Promediando sus veintis, Krauter canaliza en esta obra su identidad, asumiendo quién es y sin renegar de su contexto: criado en una familia religiosa junto a seis hermanos, Kevin le canta entre melodías apacibles y una instrumentación que a veces roza el shoegaze, a la revelación de encontrarse a uno mismo y a la liberación de antiguos patrones. Canciones como “Opportunity”, “Pretty Boy” o la que le da nombre al disco son su grito de libertad. – Rodrigo Piedra
33. Bosques – Invocación
Fuego Amigo Discos
Invocación fue creado por Juan Cruz Del Cerro y Marcos Díaz en los meses previos a la pandemia, pero sus canciones de sanación resplandecieron durante los meses más inciertos del año. El regreso de Bosques es un profundo viaje hacia dentro que invita a reconectarnos nuestra psiquis más elemental con la tierra en la que vivimos. Es su disco más etéreo también, en donde predominan largas texturas ambient y la psicodelia tribal que siempre caracterizó al dúo aparece esta vez diluida y desarmada. Como un trabajo conceptual, Invocación es una obra viva reclama libertad y trascendencia. – Eric Olsen
32. Louta – 2030
Sony Music
2030 son diez canciones donde Jaime James canta, habla, rapea, mete efectos de voz y se divierte generando metáforas con una jerga propia que de tan coloquial se vuelve de todxs. Cada pieza producida por Eduardo Cabra (Calle 13) es un mundo muy personal que no deja de sentirse cercano. ¿Quién no se vio atrapadx en una relación tóxica (“Media hora”) o no sintió el vértigo de una separación (el hermoso trap triste de “Marzo acá”) o no sufrió porque le clavaron el visto (“Alto visto”)? Pero no todo es mal de amores, James también critica las vicisitudes del capitalismo en el rap de cierre arrabalero de “Poco” y reflexiona con melancolía sobre la difícil situación del país en “Argentina”, un cierre a corazón abierto. Con la pandemia, Louta no pudo desplegar sus dotes como performer así que aplacó la ansiedad editando este tercer disco donde deja bien en claro que la música es como un juego que se toma muy en serio. – Nayla Loza
31. Fontaines D.C. – A Hero’s Death
Partisan
A Hero’s Death fue una de las grandes joyas del punk de este año. Se presenta, en conjunto al sonido característico -pero futurista- de Fontaines D.C., como un manifiesto sobre el atemorizante futuro. Con estribillos potentes y una energía maníaca, el álbum condensa en sus letras las ganas de salir a la calle y luchar frente a cualquier injusticia (incluso las impuestas por uno mismo) acompañado de melodías que colocan al álbum como uno de los exponentes del pop punk de los últimos años. El álbum parte desde un nihilismo despreocupado, pasando por una rabia incontrolable, hasta llegar a la empatía por el otro. Sin saber lo que nos esperaba en el 2020, Fontaines D.C. creó un disco que refleja muchas de las emociones que nos deja este año. – Eugenia Chionna
30. Wos – Tres puntos suspensivos
Doguito Records
Tres puntos suspensivos es la crónica personal de una vivencia en cuarentena. En la gramática, los tres puntos suspensivos son empleados para marcar una pausa transitoria: para expresar duda, temor o suspenso, Y este caso no es la excepción. El rapero hace un stand-by en su día a día, donde nada es seguro y el porvenir es incierto. Como en Caravana (2019), Wos vuelve a desmenuzar la realidad para darle voz a una generación que se siente interpelada por las rimas que configuran su discurso y lo perfilan hacia un futuro desconocido, sí, pero esperanzador. – Lucas Santomero
29. Gorillaz – Song Machine, Season One: Strange Timez
Gorillaz Productions / Parlophone / Warner
En su afán por reinventarse y no dejar de editar música ni siquiera en un año tan trágico como este, el genio hiperactivo Damon Albarn buscó una nueva forma de presentar el material de Gorillaz: por episodios que se fueron sucediendo a la manera de una serie de Netflix a lo largo de este año. Signo de los tiempos. Lejos de la introspección cuasi solista de trabajos como The Fall (2010) y el excelente The Now Now (2018), Gorillaz vuelve a la zona de exposición máxima que había transitado con Plastic Beach (2010) y sus invitados de lujo. Con 52 años y una infinita cantidad de proyectos y colaboraciones en su historia, la máquina de hacer canciones de Albarn, lejos de detenerse, parece estar más aceitada que nunca. – Diego Valente
28. Thundercat – It Is What It Is
Brainfeeder
Thundercat nos invita una vez más a una pequeña aventura dentro de su consciente. Como había demostrado en sus discos anteriores, el músico estadounidense es una de las criaturas más amigables del jazz-funk moderno, una figura amena que deja que la instrumentación liderada por su bajo juegue y florezca. Las composiciones de It Is What It Is son miniaturas dejadas al azar, muchas de ellas no duran más de 2 minutos, producidas por su hermano del alma, Flying Lotus. El resultado en un disco corto y mucho más conciso que sus anteriores, aunque sin miedo de perderse en las excentricidades que enriquecen su personalidad. – Rodrigo Murguía
27. Triángulo de Amor Bizarro – Triángulo de Amor Bizarro
Mushroom Pillow
No hay que dejarse llevar por las guitarras furiosas, el caos y la agitación de “Ruptura”, el tema que abre este disco publicado casi al mismo tiempo que empezó el estado de alerta sanitaria en España, pues se trata de un disco que abre una nueva etapa para la banda gallega y la aleja por instantes de su estética agreste y ruidosa. En el resto de las canciones se pueden encontrar melodías bastante animadas y hasta pasajes cercanos al indie rock y al pop onírico. Incluso declaraciones románticas en “ASMR para ti” como: “Fuiste mucho más importante para mí / Que toda la costa de Galicia/Que todos los mares/Que todas las rías”. Aunque en general siguen presentes las reverberaciones, y las temáticas de tracks como “Fukushima” y “Caligula 2025” parecen adelantarse al ambiente casi apocalíptico que respiramos durante este año tan inusual. – Laura Camargo
26. Lido Pimienta – Miss Colombia
Mute
Siendo colombiana, migrante latina -vive en Canadá-, queer, feminista y de sangre afro e indígena, Lido encarna el estigma social apilando identidades subalternas. Lo bueno es que no se calla nada, porque además es picante, no por nada ese apellido. El nombre de este tercer disco ya es un gesto cínico -alude a un escándalo nacional en una gala de Miss Universo- pero también a un juego de espejos: ella canta con una voz empoderada que puede ser la de una mujer que le grita al patriarcado o la de un país subdesarrollado tratando de imponerse frente a siglos de colonialismo. Así, los elementos electrónicos quedan algo relegados y se exploran ritmos como el bullerengue -traídos de África por los esclavos de la colonia- en “Quiero que me salves” junto al mítico Sexteto Tabalá y “Pelo Cucu” con las cantaoras del Grupo Raíces de Palenque. Pero Lido no deja de ser moderna y ahí están también esos hits pop redondos como “Eso que tú haces” y “Nada”, con el feat. de Li Saumet de Bomba Estéreo. – Nayla Loza
25. Gladyson Panther – No me pidas perdón
BPM Discos
A sus escasos 18 años, el prodigio rosarino nos involucra en la angustia y la excitación propias de la adolescencia, y de buena parte de la vida en la época posmoderna. Las canciones de este disco grabado y publicado en la temporada de aislamiento social hablan con ironía y sinceridad descarnadas sobre amores juveniles, videojuegos, veranos atípicos y traiciones imprevistas. A nivel musical se puede percibir casi que por igual la influencia de artistas como George Harrison, Mac DeMarco, Harry Styles y Bad Bunny; así que si Santino Martín buscaba consolidarse al mismo tiempo como una estrella nacional de pop, rock y trap, se puede decir que esta obra es un paso importante en esa dirección. – Laura Camargo
24. Lucía Tacchetti – ELETÉ
Independiente
Lucía Tacchetti explora nuevos universos en ELETÉ, un álbum ecléctico que combina en clave pop texturas electrónicas, sintetizadores y programaciones rítmicas, y encuentra en la dimensión sensorial y la consciencia sobre el cuerpo un hilo conductor. La bandera a cuadros de automovilismo que figura en el arte de tapa diseñada por Lucila Taba –un guiño al rompevientos que la cantante y compositora luce en la portada de VOL.3D (2018)- es más que un detalle: refleja la consolidación de la identidad de una artista que vuelve a llegar a la meta y sigue en carrera. – Felipe Boetto
23. Mac Miller – Circles
Warner
Nuestro 2020 comenzó con Circles, el disco póstumo de Mac Miller quien falleció a partir de una sobredosis accidental a finales de 2018 y nos dejó el que sería su último trabajo. El rapero estadounidense siempre mantuvo un interés por el jazz y el R&B, las líneas de bajo y baterías prominentes, y Circles no es la excepción, ya que lleva al hip hop a mezclarse con guitarras acústicas, teclados y secuencias futuristas. Mac apenas rapea, en su lugar parece proyectar toda su confusión interna a través de cantos melodiosos, quizás porque su espíritu se encontraba menos atormentado o tal vez porque quería demostrarnos todo lo que era capaz de hacer. Circles es un magno cierre, casi como una conclusión o un epílogo a lo que fue la carrera de Mac Miller, por lo que deberíamos de regresar a sus canciones cuantas veces sean necesarias para no olvidarnos de lo humano que nos hace ser frágiles. – Blanca Segura
22. The Strokes – The New Abnormal
Cult / RCA
Luego de siete años de ausencia, The New Abnormal se siente como un regreso agridulce, un disco liviano y deslucido para The Strokes. Su sonido es fresco y sus decisiones artísticas fueron tomadas con madurez, incluso cuando no logra cumplir con las expectativas excesivas que mantienen los fans de la banda neoyorquina. Si en el pasado se inclinaban por las canciones cortas, ahora abundan los tracks más largos que, lejos de incomodar, reconfiguran la nueva faceta de una banda que comprendió que el viaje puede ser tan disfrutable como la llegada. Las canciones revelan un grupo que ha alcanzado la madurez, algo que también aparece en la búsqueda existencial e introspectiva de las letras, alejadas de las escenas de fiestas, alcohol y mujeres del pasado. Esta versión 2020 de The Strokes está planteada en una búsqueda musical armónica, menos disruptiva y con más recursos estilísticos. – Guido Arch
21. Dua Lipa – Future Nostalgia
Warner
Future Nostalgia es una celebración de varias décadas de pop en la mirada de una mujer poderosa que sabe lo que hace. Dua Lipa tomó riesgos y el resultado es un material que navega por lugares distintos pero que tienen su personalidad tatuada en cada momento. En tiempos donde el pop tiene dificultades para mantenerse en lo más alto de los rankings, la cantante británica se inspiró en la música de décadas pasadas sin abandonar el presente, fusionando dance pop, disco y funk, en una versión actual de Fever de Kylie Minogue o Confessions on a Dancefloor de Madonna. Future Nostalgia no es el trabajo de una discográfica, sino el de una joven que si bien trabaja todavía con el mismo equipo, tiene una voz fuerte para tomar decisiones y convertirse en la artista que quiere ser. – Fernando Traba
20. Róisín Murphy – Róisín Machine
SKINT / BMG
No hace falta señalar que la música disco volvió a poblar cada recoveco del pop, desde Doja Cat sampleando Chic hasta la complacencia de Dua Lipa, cuyo concepto de nostalgia futura debería situar en un ahora que, lejos de ser tal, se limita a ostentar referencias. Al margen de qué tan bien ejecutado esté un revival así, apelar al confort de lo conocido solo puede denotar stasis creativa. Y sin embargo, en un año tan retromaníaco, Róisín Murphy sigue haciendo lo que se le canta. Róisín Machine, su quinto álbum de estudio, también mira al pasado pero solo para sofisticarlo. Producido por DJ Parrot, el disco es un trabajo bien titulado: Murphy es una factoría que convierte toda materia prima en una invitación a bailar. Para tal propósito, se sirve de teclados imbricados (“Murphy’s Law”), grooves (“We Got Together”) y bajos propulsivos (“Narcissus”). Así y todo, no deja de ser pop como lo entiende Murphy. Estas diez canciones son crescendos loopeados, mayormente anticlimáticos. La sonorización perfecta para el 2020: pop auto-contenido, encerrado en sí mismo, constantemente al borde del colapso. – Bartolomé Armentano
19. Bandalos Chinos – Paranoia Pop
Independiente
Paranoia Pop significó un cambio sustancial para Bandalos Chinos y en su forma de componer. El éxito indiscutible de Bach, su segundo disco, los habilitó para aventurarse en la búsqueda de nuevos sonidos a través de la experimentación en el estudio, repitiendo el equipo de trabajo con Adán Jodorowsky en la producción. Es por eso que en Paranoia Pop conviven diez canciones que, separadas y a simple vista, parecen diferenciarse pero que, en conjunto, encuadran una revisión a las diferentes vertientes históricas del pop. Guitarras saturadas, teclados melancólicos y arreglos de cuerdas decoran las canciones con delicadeza (gran trabajo de Marian Ruzzi en la dirección). En las letras se manifiesta la evolución de una banda madura que ya se topó con las contradicciones del reconocimiento, el lado B de la fama, y que tampoco elude hablar sobre sus inquietudes. La paranoia pop es el presente delirante y prometedor en el que el proyecto de Beccar encontró los recursos necesarios para superarse con creces una vez más. – Lucas Santomero
18. Jessie Ware – What’s Your Pleasure?
PMR / Friends Keep Secrets / Interscope
La artista inglesa se había desencantado con la idea de grabar un nuevo disco, pero hizo falta un regreso triunfal como este para volver a tener confianza en sí misma. Solo el primer track de su tercer álbum, “Spotlight”, es suficiente para demostrarlo, con un groove aplastante y sus coros irresistible. Más adelante en el disco, Ware canta sobre bases pop creadas por Joseph Mount de Metronomy y delicados arreglos orquestales del productor ejecutivo Joseph Ford. Paradójicamente, 2020 fue un año marcado por el revival de la música disco y por la clausura global de boliches al mismo tiempo. Como un reflejo de esto, las canciones de What’s Your Pleasure? combinan baile con introspección, siguiendo la antorcha a fuego lento que Robyn prendió con Honey (2019). La música disco está de regreso pero hay lugar para innovar sin caer en la nostalgia retro. – Eric Olsen
17. Arca – KiCk i
XL
“Nonbinary”, primer single que escuchamos de KiCk i, le da la espalda a las baladas lentas y melancólicas que predominaban el disco anterior de Arca y, en su lugar, nos da un primer vistazo de esta nueva personalidad más agresiva y dominante. “I do what I wanna do, when I wanna do it”, dice segura y calmada al comienzo del disco. ¿Fue esa su receta –hacer lo que quiere, cuando quiere- para pasar de ser una adolescente venezolana que hacía beats en su cuarto a la Diva Experimental en la que devino? Más que nunca, la artista desmenuza el concepto algo vetusto del “yo” y, a la vez que le quita su rigidez atemporal, se libera de sus límites. KiCk i, ecléctico desde el comienzo, encuentra un equilibrio en el caos aparente de la diversidad. – Fernando Pagano
16. Grimes – Miss Anthropocene
4AD
En su quinto disco, Grimes experimenta con libertad y decisión, tomando de géneros como el punk pop y el rock industrial como si fueran los restos de una civilización olvidada y resignificada. El resultado es una combinación de la sensibilidad electrónica de Visions (2012) con la locura distorsionada de Art Angels (2015). Por momentos desprolijo y desordenado, Miss Anthropocene también da lugar a que la artista norteamericana se divierta con cosas que no había hecho antes. Está la oscuridark de “Violence”, la melancolía profunda de “Delete Forever”, y el amor incondicional de “Idoru”, como canciones que resuenan en el último atardecer antes del fin del mundo (¿no son todos los discos de Grimes post apocalípticos?). Su voz se desdobla en diferentes personajes, a veces susurrando, otras gritando al borde de la saturación. Por eso quizás el disco se sienta como un conjunto de grandes éxitos por más que haya sido inspirado conceptualmente en el calentamiento global y el avance de la inteligencia artificial. Grimes utiliza esta inspiración solo como una excusa para hacer valer su lugar irreemplazable en la música popular actual. – Eric Olsen
15. Fonso – Wedding
Indie Folks
Para volver primero hay que irse. Fonso creó Wedding inspirado en el distrito de Berlín en donde vivió durante la mayor parte de 2018. En ese barrio industrial, el músico oriundo de Castelar comenzó a componer esta especie de diario del exilio cargado de nostalgia e incertidumbre. Como un collage de estos viajes, Fonso y su dupla Bandrio mezclan samples de música clásica y sirenas de ambulancias con canciones clásicas de amor y experimentos de desenfreno electrónico. Buscan ruidos que puedan deformar hasta volver ritmos, o frecuencias casi inaudibles que se vuelven melodías. El resultado es un trabajo de maduración con canciones acerca de desencontrarse en otro continente y decidir volver a casa siendo otra persona. – Eric Olsen
14. Haim – Women in Music Pt. III
Columbia
Detrás de Alana, Danielle y Este, hay toda una generación. Hay cansancio, alcohol, malentendidos, calor, una ciudad muy vívida, noche, amor, gritos, furia, baños compartidos, bailes, y reminiscencias de la adolescencia. También hay competencia, desacuerdos, estilos de vida diferentes. Hay desentendimiento y desgano. Estas tres hermanas multi instrumentistas retratan su vida californiana cantando y en su tercer álbum se nota más que nunca. Woman in Music Pt. III llega después de Something to Tell You de 2017, y en estos tres años las chicas encontraron nuevas maneras de expresar lo que les pasa. Haim logra cambiar de instrumentación y tonos con facilidad, para expresar sus diferentes vivencias siendo tres mujeres en la industria musical. Así es cómo encontraron un sonido clásico pero con un twist: el mejor disco de su carrera todavía las muestra avanzando. – Magy Meyerhoff
13. Nathy Peluso – Calambre
Sony Music
Para fortuna de quienes militan en contra de las etiquetas y la música al estilo catálogo, Nathy Peluso sigue siendo una artista por completo indescifrable. En su esperado disco debut, la artista argentina radicada en España elige explorar cada rincón del amplio jardín sonoro de los senderos que se bifurcan. Exagerada, frontal, aguerrida y totalmente eficiente a la hora de canalizar a través de su cuerpo y su voz todas las influencias que la atravesaron desde el primer día de su vida, Peluso juguetea con el pop post-2000, se baña en el hip hop más clásico, recuerda su niñez a puro neo-soul, seduce con una combinación justa entre pop y jazz y extiende el concepto de performance libre de una manera brutal. – Rodrigo López
12. The Weeknd – After Hours
XO / Republic
Ningún disco sobre separación suena igual al otro, y Abel Tesfaye se las arregló para que su corazón roto también pudiera salir a bailar suplicando perdón. No todo el mundo tiene la capacidad de sacarse de encima la tristeza bailando, pero para el artista canadiense es algo más que necesario. After Hours mantiene una melancolía brillosa, sin letras felices y lleno de decepción. El hit del disco, “Blinding Lights”, despunta el vicio para recordarnos por qué, a pesar de tanta melancolía, The Weeknd es una de las grandes estrellas del R&B bailable. Como en una fiesta que está terminando, Abel encuentra ritmos para mantenerse en movimiento a pesar de no saber adónde ir cuando todo eso se acabe. – Magy Meyerhoff
11. Isla Mujeres – Secreto
Independiente
El segundo álbum de Isla Mujeres ofrece tierra firme en una época marcada por la tendencia al single y el consumo fragmentado de las playlists. En sus diez canciones, el cuarteto platense fluctúa entre el pop y los flashes de trip hop, con rimas ágiles y beats electrónicos. Se trata de un disco que prescinde del tiempo, más bien parece que tuvo al tiempo funcional a las canciones y no a las canciones funcionales al tiempo como demandan los tiempos de un estudio profesional. La banda platense usa el pop casi como una excusa para virar en diversas direcciones. Hay guiños a la electrónica, al dreampop, al ambient y al trip hop para converger en un encuentro que huye de lo predecible. Pero Secreto es un disco que invita a la escucha repetida no solo por su hibridez, sino por sus melodías luminosas que suscitan esperanzas módicas en tiempos de incertidumbre. – Ariel Duarte
10. Bad Bunny – YHLQMDLG
Rimas
Luego de divertirse con J Balvin en su disco colaborativo Oasis, Bad Bunny regresó con YHLQMDLG (“Yo hago lo que me da la gana”). Esta vez, a contrario de X100PRE, tenemos una colección suelta de temas de los cuales podemos elegir cuáles nos gustan y cuáles no, adaptándose al uso de las playlists en la era del streaming. Esa soltura conceptual se demuestra también en la música. Benito ya no quiere escribir tantas canciones introspectivas y serias, sino que se quiere enfocar en entretener al público y a sí mismo, tratando de disfrutar sus logros y festejar con su gente. En otras palabras, está de buen humor. Y eso hace que YHLQMDLG sea uno de los discos más excitantes y llenos de vida que la música latina ha tenido en mucho tiempo. – Rodrigo Murguía
09. Fleet Foxes – Shore
Anti-
Shore viene a contrarrestar el tono oscuro y complejo que caracterizó a su anterior álbum, Crack-Up (2017), con quince canciones que exploran el amor, la confianza, la libertad, el duelo, el pasado, el presente y el futuro. Una vez más, Robin Pecknold -compositor y líder del proyecto- demuestra su talento para escribir sobre lo que le pasa entrecruzando experiencias personales con la naturaleza. El agua como concepto está presente en el disco desde el principio hasta el final: cada una de las canciones referencia a los ríos, a un paisaje soñado, a un lugar donde uno busca tranquilidad lejos del caos de la ciudad. A sus 34 años de edad, el músico sigue descubriendo nuevas maneras de componer sobre la base de una idea que siempre recorrió sus canciones: la inseparable relación que tenemos con la naturaleza. – Camila Lynch
08. Lupe – Un número
Independiente
“Si esto es una cárcel y es un desastre/Prendámoslo fuego o hagamos más arte”, canta Lupe llegando al final de su disco debut. Un número es a la vez una carta de amor y un grito de guerra, una invitación a liberarnos de las cadenas del sistema y reconectarnos con las cosas que nos van a salvar. Para esto, Lucía Pejuskovic toma la sensibilidad dream pop de las primeras canciones de su proyecto y la presenta en una nueva forma electrónica y sintética. Su voz cargada de efectos recorre estos tracks de beats secos, teclados envolventes y guiños a la música house. Escrito, grabado y producido por ella misma, este disco deja en claro que si logramos salir de esta lo haremos conscientes, libres y bailando. – Eric Olsen
07. Telescopios – Telescopios
Indie Folks
En su tercer disco, la banda cordobesa demuestra que tiene las herramientas para transformarse y mantener el lugar que se han hecho dentro de la escena nacional con la repercusión de su disco anterior, Doble de riesgo (2018). Estas nuevas canciones plantan bandera a través de un estilo inconfundible y un frmato electrónico afianzado que coquetea con contratiempos rítmicos y voces distorsionadas. Combinando una ambición experimental y electrónica con una suavidad en sus letras, Telescopios creó un disco que explora sin límites. – Pilmayquén Belgradi
06. Perfume Genius – Set My Heart on Fire Immediately
Matador
El quinto LP de Perfume Genius es un paso más en su camino hacia el agigantamiento. Set My Heart on Fire Immediately es un trabajo estilísticamente heterogéneo, pero siempre anclado en el Americana. Mike Hadreas actualiza el gran cancionero norteamericano, insertándose en las mismas narrativas que tradicionalmente lo excluyeron y reclamando esos espacios para sí. El disco encandece, recorriendo todo desde las baladas de antaño hasta el shoegaze de los noventa. Para tal propósito, ensambló un elenco que incluye al productor Blake Mills y a una serie de sesionistas legendarios. Que se arme de semejantes talentos es indicativo del lugar en el que se encuentra Mike Hadreas hoy. Si antes cantaba sobre la dismorfia y el deseo de trascender su propia corporalidad, hoy se regodea en ella, desnudándose hasta la cintura en el arte de tapa y celebrando la proximidad de los cuerpos. – Bartolomé Armentano
05. Tame Impala – The Slow Rush
Universal Music
El lugar desde el que Kevin Parker se para en The Slow Rush, es casi opuesto al de sus discos anteriores. El apego a la soledad de desaparece para darle paso al casamiento; el temor hacia el futuro muta hacia la idea de vivir el presente sin condicionamientos; el resentimiento de lo no resuelto con su fallecido padre decanta finalmente en un intento de hacer las paces. Tame Impala prioriza el formato de canción y la narración de historias en una obra atravesada por la temática del paso del tiempo, las consecuencias de nuestras decisiones y las incertezas del futuro.
Si Currents emergió de un pop electrónico de los 80, The Slow Rush da un paso atrás temporalmente para instalarse en la década del 70 con la aparición del soft rock y el R&B, todo bajo un filtro personal y contemporáneo. Parker logra conjugar sus demonios a través de géneros de décadas pasadas y la influencia actual de la electrónica, el disco funk y el pop más actual. Dosificando la distorsión guitarrera de su juventud, Tame Impala dio paso a su versión más madura y apolínea, confirmando que estamos en presencia de uno de los productores más importantes de nuestro tiempo. – Juan Pérgola
04. 107 Faunos – El ataque suave
Discos Laptra
107 Faunos concibió El ataque suave como la segunda parte de su excelente Madura el dulce fruto de 2018, una obra que representó un cambio de paradigma en relación al sonido de la banda. El ataque suave contesta todas las preguntas que Madura el dulce fruto había esbozado, cerrando de esta manera su díptico y alejándose de la desprolijidad lo fi que se había vuelto parte de su encantadora identidad. En “Sedán discreto”, uno de los momentos más fuertes del disco, escuchamos a la banda con un sonido limpio y a Javier Sisti Ripoli demostrando madurez en su rol de cantante principal. Pero también escuchamos a un grupo de amigos que gradualmente se volvió profesional, un gran punto en común que la banda tiene con El Mató. Sin temor a abandonar su zona de confort, los Faunos siempre están en la búsqueda de una canción superadora de su propia obra.
Suenan diferente a sus inicios, es cierto, pero siguen siendo fiel a sus principios estéticos y a su forma de reinterpretar el rock. Con la evolución como bandera, la banda platense no anula el pasado: lo reconfigura. Su sencillez característica aún encuentra tierra fértil en canciones como “Cosechar de madrugada” y “Se siente así”, con fuertes riffs de guitarras que recuerdan a las canciones de sus primeras canciones. 107 Faunos ocupa un espacio vacante en la música argentina y resignifica su jerarquía con cada producción. ¿Hacia dónde nos llevarán en ese auto por puentes sin barandas? No lo sabemos. El futuro tiene muchos nombres. Para los que se resisten al cambio, será inalcanzable; para 107 Faunos, es oportunidad. – Guido Arch
03. Charli XCX – How I’m Feeling Now
Asylum
Charli XCX nunca quiso -o pudo- dejar del todo su carrera como estrella pop. Su proyecto anterior, Charli (2019), reflejaba esa dicotomía entre el pop de estadios y el de vanguardia que la impulsaba como artista. Pero How I’m Feeling Now, su experimento de resiliencia artística creado durante un mes y medio de cuarentena, consiste exclusivamente de este sonido más primal, sucio y áspero que de alguna manera se convierte en música pop.
Junto a su productor estrella, A. G. Cook, crearon una obra de mundos digitales intrépidos, con bajos coloridos y líneas amenazantes de bubblegum pop. Charli logró capturar un momento muy particular y personal que por momentos se vuelve universal, incluso político. “Tal vez cuando todo esto termine, estaremos más unides”, canta en “Anthems”. Une solo puede desear. – Rodrigo Murguia
02. Fiona Apple – Fetch the Bolt Cutters
Epic
Fetch the Bolt Cutters, el quinto álbum de estudio de Fiona Apple, es su salto creativo más drástico; una obra obligada a redefinir cómo percibimos a su autora. El título puede traducirse a “Sacá las cizallas” y fue derivado de un episodio de The Fall, un policial en el que Gillian Anderson encuentra una puerta cerrada en donde yace una chica torturada. Temáticamente, Fetch es sobre romper con nuestras propias cárceles figurativas, así sean auto-impuestas. Esa liberación se extiende al sonido del disco, lo que puede decepcionar a quienes extrañan el perfeccionismo de estudio de Jon Brion. Apple grabó el disco en y con su casa de Venice Beach, asistida por GarageBand y los talentos de Amy Aileen Wood, David Garza y Sebastian Steinberg, con quienes comparte créditos de producción. Esto resultó en una Fiona Apple que nunca sonó tan descarnada y austera.
Fetch the Bolt Cutters está edificado a partir de batacazos y traqueteos a objetos de entre casa, y el énfasis está puesto en lo percusivo al punto de sonar marcial. Esto acerca al álbum, por un lado, a los mecanismos conceptuales y estéticos de la música concreta. Y por otro a Tom Waits, y su uso sincopado de superficies percusivas extrañas (la más inusual acá es una caja con los huesos de Janet, la pitbull por la que Apple debió cancelar su gira latinoamericana en 2012). Que Fiona haya encontrado tanto sentido en estos sonidos es un triunfo inédito de arreglos. Fetch the Bolt Cutters suena a una obra post-género y evidencia un real esfuerzo por tensar la línea. – Bartolomé Armentano
01. Barbi Recanati – Ubicación en tiempo real
Goza Records
A las 00:00 horas del 20 de marzo, en Argentina comenzaba a regir la cuarentena obligatoria. Desde ese preciso momento se instauraba una nueva forma de vida, regida por normas y protocolos minuciosos, a la que llamaríamos con desgano “nueva normalidad”. Al mismo tiempo, aislada en su casa en el barrio de Colegiales y con los miembros de su banda después de un tour interrumpido por México, Barbi Recanati presentaba al mundo Ubicación en tiempo real, su esperado disco solista.
En un contexto tan adverso y excepcional, el producto de más de un año de trabajo vio finalmente la luz para ser recibido de manera más que positiva. El recuerdo difuso de Utopians quedó atrás y el despegue de Recanati como solista tomó vuelo rápidamente. Sin embargo, y como todo proceso de reinvención, no ocurrió de la noche a la mañana sino que fue motivado por varios deseos que, de alguna u otra manera, no la dejaban dormir y le quitaban el sueño. El mayor de ellos, tal vez, hacer el disco más fiel posible a su persona.
Y lo hizo. Si Ubicación en tiempo real está ocupando este puesto de la lista es porque es un disco constante y sumamente honesto. En cada una de las siete canciones que lo componen hay una fibra distintiva de Recanati, que resulta inalterable, casi como una marca de agua. Son sus melodías, que se repiten al punto de quedar impregnadas en el inconsciente; su voz natural y despreocupada, sin ánimos de hacer acrobacias guturales sin sentido; y su actitud enérgica, las marcas fundamentales que constituyen la identidad de su material, haciéndolo genuino y auténtico.
Es honesto, también, porque en su sonoridad aparecen guiños a referentes musicales que marcaron su ADN de por vida. The Cure, Iggy Pop, She Devils, o su amada Patti Smith aparecen como sutilezas y configuran una porción del sonido. Los responsables -y piezas fundamentales en este trabajo- de que la instrumentación suene contundente fueron el guitarrista Juan Manuel Segovia y el baterista Tomás Molina Lera en la producción, acompañando y bajando a la realidad las ideas de Barbi de forma ejemplar.
El trabajo de Juan en las guitarras es llamativo. Con afinaciones graves y un puñado de efectos logra construir climas profundos y densos, que resuenan en el aire como un eco abultado. Elabora arpegios que dialogan a la perfección con los teclados de Lux Raptor y se complementan amplificándose. La batería y el bajo tampoco buscan destacarse, cumplen su rol haciendo caminar las canciones con la potencia necesaria. Queda claro que la instrumentación en el disco está para servir a la canción y no para mostrar fríos virtuosismos.
En las letras parece haber un común denominador: el desencuentro. La imposibilidad de no poder encontrar la forma de conectarse con un otro, con uno mismo, con los sentimientos inesperados, o con lo que pasa alrededor. El disco se transforma en un viaje por distintas emociones y es casi imposible no sentirse interpelado.
Todo el álbum confluye un gran trabajo que está marcado por la sensibilidad estética de una artista que, lejos de temer mostrarse tal cual es, lo hace con orgullo y bajo sus propias convicciones. Pero por sobre todas las cosas, posee la calidez inherente e irreplicable de haber sido hecho en familia y en casa. Como siempre, su ubicación en tiempo real. – Lucas Santomero