John Lennon pasó a la historia como uno de los músicos más grandes de todos los tiempos, así como también uno de los mejores escritores. Es por eso que hoy decidimos proponerte repasar tres de las tantas canciones escritas por el ex Beatle.
Instant Karma! (We All Shine On)
“La escribí en la mañana en el piano”, le dijo el de Liverpool a Rolling Stone en 1971. “Fui a la oficina y la canté muchas veces. Entonces dije, ‘Diablos, hagámoslo’, y reservamos el estudio. Phil [Spector] entró y dijo: ‘¿Cómo lo querés?’. Yo respondí: ‘Ya sabés, 1950’. Él dijo: ‘Bien’, y boom, la hice en aproximadamente tres intentos o algo así. Entré y él lo reprodujo y ahí estaba. El único argumento fue que dije un poco más de bajo, eso es todo, y nos fuimos”.
Se considera uno de los mejores temas de John Lennon de todos los tiempos y también habla bastante bien de su búsqueda de la pureza artística. Para Lennon, fuera del alcance de Paul McCartney, fue capaz de trabajar con valentía y brillantez con cierto grado de espontaneidad.
Imagine
“Imagine” era Lennon fijándose una meta que sabía que nunca alcanzaría, pero que simplemente no podía evitar. Fue el ex Beatle poniendo su dinero donde estaba su boca y de eso surgió este himno que logró (y lo sigue haciendo) unir a todo el mundo.
Jealous Guy
Inspirada por su tiempo con el Maharishi, la canción se ha convertido desde entonces en una visión de la vida de Lennon en ese momento y en un sincero momento de vulnerabilidad.
Al hablar con David Sheff en 1980, el músico reveló: “La letra se explica claramente: yo era un tipo muy celoso y posesivo. Hacia todo. Un hombre muy inseguro. Un tipo que quiere meter a su mujer en una cajita, encerrarla y sacarla cuando tenga ganas de jugar con ella. No se le permite comunicarse con el mundo exterior, fuera de mí, porque me hace sentir inseguro”.
En otro diálogo con la BBC, Lennon reveló además: “Cuando en realidad estás enamorado de alguien, tendés a estar celoso y querés poseerlo al cien por cien, lo cual hago… Amo a Yoko, quiero poseerla completamente. No quiero sofocarla, ¿sabés? Ese es el peligro, que quieras poseer al otro hasta la muerte”.