En el mundo de la farándula parece que los grandes héroes deben morir trágica y sorpresivamente, dejándonos esa (inevitable y un poco tonta) pregunta: ¿cómo hubiera seguido su obra si viviera? La muerte de Philip Seymour Hoffman nos dejó anonadados a todos. Con un nombre difícil de recordar pero con actuaciones inolvidables, Seymour Hoffman era de esos inusuales personajes de Hollywood, que llevan la bandera de lo alternativo y vanguardista aún participando de producciones más que comerciales y mainstream. Ya desde su look, Philip no era lo más usual de Hollywood, así mismo como sus variadas participaciones.
Podemos decir que P.S.Hoffman ha transitado por todos los géneros cinematográficos, colaborando con variados directores, compartiendo elenco con grandes actores clásicos y con novatos e interpretando los más disímiles personajes. Ha oficiado de actor fetiche para el realizador Paul Thomas Anderson, quien lo incluye en Magnolia, Punch Drunk Love, Boogie Nights. También lo hemos visto en producciones de corte más alternativo como Love Lizao Synecdoche, New York. Al mismo tiempo, Philip Seymour Hoffman ha sido parte de grandes películas como Scent of a Woman, The Big Lebowsky trabajando con los hermanos Coen, la excelente obra de Spike Lee, The Hour 25 compartiendo elenco con Edward Norton y The Talented Mr. Ripley del gran Anthony Minghella. No debemos dejar de nombrar también sus participaciones en Almost Famous, Twister, Red Dragon y Cold Mountain.
Probablemente una de sus actuaciones más recordadas, y que lo llevó a ganar el premio Oscar, sea la interpretación de Truman Capote en el film Capote. La fortaleza de este personaje tal vez reside en la genial mimetización que logra con el ya fallecido escritor, desde lo físico hasta lo subjetivo, Seymour Hoffman lleva a cabo una actuación deslumbrante y estremecedora. Así mismo, en The Doubt, película en la que comparte protagonismo con la gran Meryl Streep, interpreta a un cura que aparenta ser un pedófilo. Su actitud mantiene al espectador en la permanente de duda sobre su condición, desplegando una actuación que lleva y trae al público hacia el amor y el odio. Un papel secundario pero, desde mi punto de vista, inolvidable es el de Sandy en Along Came Polly, formando junto a Ben Stiller una explosiva pareja y confirmando su increíble aptitud para la comedia. También secundario, pero no menor, es su papel en Patch Adams junto a Robin Williams, interpretando a un cuasi nerd e insensible estudiante de medicina, descreído de los alternativos métodos de Patch, que brilla en su actuación al darse vuelta la tortilla. Así mismo, no menor es su importante actuación en la no tan conocida Before the Devil Knows You Are Dead, pero uno de los papeles más recientes y enormes en que se lo vio es el de Lancaster Dodd en The Master. Aquí interpreta al líder de una secta mística, con el adecuado temple de maestro, fusionándose con Joaquin Phoenix en las dos caras de una misma moneda; la fortaleza y poder que esgrime este personaje vuelve a confirmar el enorme talento de este actor.
Nos quedamos con la vastísima obra de un actor ecléctico y multifacético. Reconocido por el gran público, por la crítica y convocado por grandes maestros del cine. Si se nos ocurre la pregunta de ¿qué hubiera sido de su obra si viviera? la respuesta seguro es positiva; de Philip Seymour Hoffman sólo podríamos esperar actuaciones cada vez más deslumbrantes e inolvidables.