Alanis Morissette es recordada como unas de las figuras más influyentes en la escena pop de los 90. Con sus letras afiladas y su actitud desafiante, la canadiense inspiró a varias generaciones a sincerarse sobre sus emociones y romper ciertos tabúes.
Y aunque la cantante y compositora siempre se ha mostrado como una figura fuerte, la verdad es que ha tenido que lidiar con diferentes desafíos en cuanto a su salud mental. En una reciente entrevista que concedió ante The Guardian, Alanis habló abiertamente de su lucha contra diversos trastornos alimentarios y abuso de sustancias como el alcohol.
En ese sentido, reconoció que ha sido clave la ayuda de sus psicólogos:
“Si no tuviera un equipo completo de terapeutas en diferentes momentos de mi vida, no creo que todavía estuviese aquí”.
Morissette reconoció que estuvo muy equivocada por pensar que el éxito sanaría sus carencias internas, porque pronto descubrió que la fama también tenía su lado oscuro y que, inclusive, otras celebridades la rechazaban: “Me habían dicho que la fama sería una panacea para resolver todos los problemas, que estaría cantando Kumbaya con mis amigos famosos. Creí que iba a telefonear a Björk y Tori [Amos] y que todas nos amaríamos. Me puse en contacto con muchos artistas. A menudo me contestaron: ‘¿Por qué me llamas?'”.
También mencionó que su labor creativa le resulta catártica, al señalar que “la composición de canciones es un ejercicio para dejar salir al inconsciente”. En otra entrevista para ese mismo diario, la autora de himnos como “Ironic” ya había revelado que sufrió de depresión posparto y que recurrió a terapia psicológica, medicamentos y ejercicio físico para superar esos momentos difíciles.
Afortunadamente, Alanis está lista para seguir con su trayectoria y estrenará su disco Pretty Forks in the Road el próximo 31 de julio.