El 23 de julio de 2011 Amy Winehouse dejó este mundo con apenas 27 años y una corta pero impresionante carrera musical. Desde entonces, sus fans no han parado de recordar sus increíbles composiciones, pues no solo son grandes piezas a nivel sonoro, sino que tienen letras con una intensidad casi autobiográfica.
Pocas estrellas pop han desnudado tanto sus emociones y sus falencias como la cantante británica. A continuación, recordamos su legado con tres de sus canciones más poderosas.
“Fuck Me Pumps”
Quizá la composición más burlona y picante del repertorio de esta artista tan polémica que nunca tuvo miedo de expresar su opinión sobre su entorno. En las estrofas de este corte incluido en Frank (su disco debut publicado en 2003), ella hace una crítica de cómo la sociedad empuja a muchas jóvenes a simplemente buscar ser “la mujer de un futbolista”, y a obsesionarse con su apariencia física para luego sorprenderse cuando son abandonadas por una versión más joven y sumisa de ellas mismas.
“Back To Black”
El himno máximo de desamor al estilo Winehouse llega en forma de un lamento por la ruptura con su novio, quien decide volver con su ex. Es una canción dramática con unos arreglos impecables que permiten que la voz de la nacida en Londres brille como nunca y traiga reminiscencias de estrellas como Aretha Franklin. Es tanta la importancia que la contralto le dio a esta composición que nombró su segundo y último disco igual que ella.
“Love Is a Losing Game”
Si bien el optimismo no es algo caracterísitico de la obra de esta cantautora, en esta pieza ella realmente bucea en lo más profundo de sus decepciones para decretar que sus amores siempre tendrán un final amargo. Se trata de una balada soulera que perfectamente podría haber salido al mercado durante los 60 y haber sido cantada por un grupo femenino como The Ronettes. Para muchos, es una de las creaciones que mejor representan la herencia musical de Amy.