“Para romper las reglas hay que conocerlas”, es una frase que nunca estuvo mejor ilustrada que en la música de BadBadNotGood. Así es cómo tres canadienses tomaron toda su formación en el jazz, un género conocido por su plasticidad e impredictibilidad, y llevaron sus límites un poco más allá.
Desde su primer disco en 2011, su sonido estuvo signado por la exploración de regiones insospechadas: el hip-hop, R&B, la música electrónica y hasta cierta aproximación al rock. BBNG es un grupo que se mueve con soltura entre dicotomías. El abordaje de estos géneros contemporáneos choca con su formación clásica en la música y se enriquece en el golpe, a medida que sus sonidos suaves y melódicos se nutren del mundo aguerrido y feroz del rap. Con los elementos que tenían a su alcance, la banda logró crear algo nuevo.
La riqueza del mundo de la banda norteamericana no se queda atrás en términos de colaboraciones: su talento como compositores y como productores los llevó a trabajar con leyendas como MF Doom, Ghostface Killah de Wu-Tang Clan, Tyler, the Creator, Kendrick Lamar, Thundercat y Kaytranada, entre otros. Sin embargo, el grupo se rehúsa a descansar en sus laureles.
En su último el álbum, Talk Memory (2021), se deja constancia de una huella que nunca se borró, retornando a sonidos jazzeros más clásicos, pero deconstruidos y rearmados a medida. En este punto, su música se complejiza sin perder el carácter fresco, flexible y relajado que los acompañó en los discos BBNG, BBNG 2, III, Sour Soul y IV. En línea con los límites en constante expansión que la banda encarna, también incluyeron colaboraciones con nuevos artistas como el compositor brasileño Arthur Verocai, y el icónico músico y productor Terrance Martin.
La frescura de este disco puede deberse precisamente a que es el producto de un respiro. Después de llevar años en gira y sin parar de tocar en vivo, el grupo no tuvo más remedio que tomarse con calma la composición de su próximo disco debido a la pandemia. Pudiendo dedicarle lo que parecía una cantidad inagotable de tiempo al proceso creativo en comparación al ritmo que venían llevando, la meticulosa contextura de Talk Memory les dio la oportunidad al saxofonista Leland Whitty, el baterista Alexander Sowinski y el bajista Chester Hansen -quien habló con Indie Hoy antes de su visita a Buenos Aires-, de alcanzar su máximo potencial, no como exigencia, sino como derivado del objetivo principal: divertirse con el proceso.
Pensando en los títulos de sus discos, ¿hay algún criterio en particular que haga que sus primeros cuatro álbumes estén numerados, y Sour Soul y Talk Memory no?
Creo que al principio, cuando empezamos, éramos un proyecto muy informal. Nos conocimos cuando íbamos a la universidad, estuvimos tocando juntos y grabando algunas cosas, y cuando se nos ocurrió BadBadNotGood nos preguntamos “¿cómo llamamos al álbum? Bueno, BadBadNotGood 1“. Así siguió durante los siguientes discos, y luego llegó Sour Soul, que fue más una colaboración con Frank Dukes, que lo produjo, y Ghostface, así que nos pareció que debería tener otro nombre. Y después, con Talk Memory, pasó tanto tiempo desde el número IV e hicimos tantos cambios, con nuevos acercamientos a la música y cosas así, que sentimos que era el momento de dejar atrás los números.
¿Qué los inspiró a nombrar el último disco Talk Memory?
Lo hablamos mucho cuando estábamos trabajando en la música. Como terminamos toda la composición justo antes de la pandemia, tuvimos mucho tiempo para hablar del tema. Intentamos inventar títulos que tuvieran significado para nosotros, y creo que significa cosas diferentes para cada uno de los miembros. Para mí, se trata sobre cómo la música es una conversación y los recuerdos que asociás con tu pieza musical favorita, o tocando juntos, cosas así.
También comentaste que era tu lanzamiento preferido entre todas las cosas que hicieron. ¿Qué hizo que se destacara?
Sí, creo que fueron varias cosas. Todos estamos un poco más grandes y la forma en que abordamos la música es diferente, ojalá que para mejor. Era la primera vez que realmente dedicábamos mucho tiempo a escribir la música y luego a grabarla todos juntos en un par de semanas. Como grabamos en cinta, pasamos mucho tiempo antes escribiendo la música. Algunas de las cosas las escribimos cada uno por su cuenta y después las incorporamos a la banda. La grabación fue un tiempo bastante corto en comparación. Antes, todas las canciones surgían en un momento distinto, así que las juntábamos. Este parecía el siguiente paso en nuestro viaje.
Su música supuso un cambio en varias ideas establecidas acerca del jazz. Para muchos jóvenes, la banda introdujo una idea novedosa del género, sobre todo al mezclarlo con hip-hop y música electrónica. ¿Hasta qué punto creés que la etiqueta “jazz” es adecuada para describir su sonido?
Creo que sigue encajando porque es una gran influencia para nosotros y la mayoría de nuestros músicos favoritos son músicos de jazz. Aprendimos mucho de ellos y de su material. Yo diría que está mezclado con un montón de cosas, ahora nos estamos moviendo hacia el terreno del rock durante los conciertos. Y Leland, que es nuestro saxofonista, también es un guitarrista increíble, así que está tocando mucho la guitarra. Pero sí, creo que en una disquería probablemente lo pondría en la sección de jazz.
Colaboraron con muchísimos artistas increíbles y todos parecen tener influencias y gustos musicales muy distintos. ¿Cómo es el proceso de decisión para elegir con quién colaborar?
Supongo que cada vez es diferente. A veces recibimos un mail de alguien, o nuestro manager habla con alguien y le dice que quiere conocernos o trabajar con nosotros. Y a veces nos encontramos con alguien en un festival de música o algo así. Creo que las mejores colaboraciones que hemos hecho son aquellas en las que conocimos a alguien y conectamos con él en el estudio. Si lo pasamos bien juntos, creo que la música suena mejor. Es muy distinto. Por ejemplo, hemos estado trabajando con Charlotte Day Wilson, a la que conocemos desde hace mucho tiempo y trabajamos mucho juntos, pero también en los últimos dos años conocimos a un montón de gente nueva, así que es una gran mezcla.
¿Cómo es la conexión entre ustedes a la hora de improvisar, algo que fue fundamental en el último álbum?
Nuestro enfoque siempre ha sido así: escribimos algunas ideas, tenemos melodías y la idea básica de la canción, y dejamos mucho margen para el cambio, para que la gente improvise. Especialmente cuando tocamos en vivo, nuestras canciones cambian constantemente respecto a lo que eran originalmente en el álbum. Creo que eso forma parte de la diversión.
Mencionaron que con el último disco querían hacer cambios en el vivo, apuntando a un sonido más fluido. ¿Qué tanto lugar hay para la improvisación en vivo? ¿Les pasan cosas inesperadas a nivel musical sobre el escenario?
Sí, claro. Creo que para nosotros, ya que hemos tocado tanto… a esta altura, tocamos entre quinientos y dos mil shows, así que es importante seguir haciendo cosas nuevas y que sean emocionantes para nosotros, y esperamos que lo haga más interesante para el público. Y sí, en vivo solemos cambiar partes y hacer que las cosas encajen entre sí de forma diferente, improvisamos mucho. Además, el año pasado también empezamos a trabajar con un amigo nuestro que hace producciones audiovisuales, así que improvisa con nosotros, tocando diferentes loops y juntando cosas en la pantalla. Eso definitivamente añadió un nuevo elemento al vivo.
En cuanto a lo exigente que puede ser la vida de gira y el cansancio que estaban experimentando antes de la pandemia, ¿cómo recuperaron la energía y se prepararon para retomar ese estilo de vida?
El año pasado fue muy ajetreado, y este año fue bastante movido en el verano aunque menos. Al principio, durante la pandemia, me ponía nervioso volver a eso porque era agradable tener más rutina y estar en casa, dormir bien y esas cosas. Pero una vez que todos volvimos a salir, creo que lo más importante fue ver la reacción de la gente al volver a ver música en vivo, y ver lo emocionados que estaban. Eso nos ayudó mucho a sentirnos felices y entusiasmados por volver a hacerlo. En general fue genial volver a salir. Viajar es quizá un poco más difícil que antes, pero estuvo bien.
La banda tiene historia con Buenos Aires, esta es su tercera visita. ¿Cómo fue su experiencia en el pasado y cuáles son sus expectativas para los próximos shows?
Fue increíble, las dos veces que estuvimos allí nos divertimos mucho. Sentimos un profundo amor por la música argentina y tenemos un par de amigos que también son de ahí, así que es genial ir. Esta vez va a ser muy divertido, creo que tenemos un día libre, así que esperamos ir a comer algo, ir a algunas disquerías y pasear por ahí.
BadBadNotGood se presenta el jueves 1 de junio a las 19 h en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131, CABA), entradas disponibles a través de Venti. Escuchá Talk Memory en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).